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AMELIA SHEPERD - Caterina Scorsone
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HARPER KAREV - Elizabeth Olsen
POV - Amelia
Habían pasado unas cuantas semanas desde la primera vez que me di cuenta que tenía algunos sentimientos por Harper.
Bueno, quizás no solo algunos. Harper era la hermana menor de Alex Karev, que había empezado a trabajar en el Hospital hace ya unos meses.
La primera vez que me di cuenta de tenía sentimientos por ella fue en una tarde lluviosa, de otoño. Recuerdo que yo no había dormido lo suficiente así que fuí a una de las salas de descanso. Tenía unas horas libres así que me dediqué a acostarme. Cuando en ese momento tocaron la puerta y mis ojos encontraron a una Harper cansada, con ojeras debajo de los ojos. El cabello atado en una trenza despeinada y los zapatos tenían unas manchas de sangre.
Aún en ese momento, tenía la sensación de que podría quedarme mirandola por horas. Creo que ahí fue cuando supe un poco más acerca de mis sentimientos.
Empezamos a hablar fluidamente con el sonido de la lluvia. Lo que parecían minutos eran en realidad horas y pronto debímos volver a trabajar. Pero esa sonrisa tonta se mantuvo en mi cara por el resto del día.
Ahora, unas semanas después, casi todo el mundo lo había notado. Menos ella, la cirujana pediatrica por la que estaba totalmente enamorada.
Caminaba a la cafetería para tomar un café, a demás, sabía que esa era la hora en la que Harper salía de su cirugía.
Me golpeé mentalmente por haberme aprendido sus horarios.
Mark, Addison y Callie sabían acerca de todo esto e intentaban darme ánimos para que confesara mis sentimientos. Yo no quería decirle, prefería reprimirlo en lo profundo de mi ser, pero casi que no podía contenerlo. Cada vez que la veía estaba a punto de lanzarle cómo me sentía. Era cómo una bomba a punto de explotar.
-Hey! Amelia!- Ví a Mark sentado con Addie y con Callie en una de las mesas de la cafetería-
Fuí hasta ellos y me senté mientras tomaba un sorbo de cafe.
Solté un suspiro de frustración.
-¿Qué pasa? ¿Está todo bien?- Preguntó Callie-
-Ya sé lo que pasó. Amelia, deberías decirle. Guardar tus sentimientos por tanto tiempo no es bueno. Quizás incluso se sienta de la misma forma por tí. Deberías arriesgarte-.
Sonreí por la vaga idea de que Harper alguna vez podría sentir lo mismo que yo. Lo descarté inmediatamente. Lo último que necesitaba era esperanzas.
- Addie, no es para tanto, puedo manejarlo-. Dije esa frase que últimamente solía decir mucho-
-Tengo una idea. ¿Sabes otro idioma?-Dijo Mark.
-Si, de hecho. De chica estudié francés. ¿Porqué?-Me parecio una pregunta desconcertante-
- Deberías confesarle tus sentimientos en otro idioma. Así te vas a sentir más relajada. Estoy 100% seguro de que va a funcionar-. Lo mire con una mueca de burla.
-Si! Yo creo que es una buena idea-. Dijo Callie. Mi mueca burlesca había desaparecido dando lugar a una confundida. ¿Porqué estaban todos en mi contra hoy?
Suspiré nuevamente. No podía creer lo que estaba a punto de hacer. Sonaba ridículo.
Giré para buscarla y recorrí la cafetería con la mirada. Cuando la encontré ví que está vez llevaba el pelo suelto, un poco despeinado. Asumía que debía de haber salido de una cirugía. Llevaba unas perlas chiquitas y un collar plateado alrededor de su cuello. Estaba en una mesa sola, sabía que aunque ella era bastante cercana a todos prefería estar sola. En una de sus manos colgaba su libro favorito. Lo sabía porque me había hablado por bastante tiempo de lo increíble que era.
Sonreí y me puse en frente de Harper para frenarla. Me miró confundida y yo suspiré por lo que estaba a punto de hacer
El fugaz pensamiento de un poema que había aprendido hace unos años se me vino a la mente. Las palabras simplemente se fugaron de mis labios.
-"Dans mon esprit tout divague" ("En mi cabeza todo divaga")- Ella intento pararme sin conseguirlo- "Je me perds dans tes yeux, ("Me estoy perdiendo en tus ojos") " le suffle lancinant De nos corps dans le sombre animés lentement"("El suspiro palpitante de nuestros cuerpos en la oscuridad animados lentamente") Iba a continuar cuando Harper me freno.
-¿Amelia?-¿Est-ce que je t’ai déjà dit de te parler? (¿Te dije alguna vez que sé hablar frances?)- Me dedicó una sonrisa triunfante-
