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Los matorrales eran tan frondosos que no dejaban ver el camino a sus pies, Yoongi avanzaba a ciegas siguiendo la melodía, como podía apartaba las hojas y espinas de su rostro para no lastimarse, una lástima, ya que de un momento a otro el suelo a sus pies comenzó a desmoronarse y su cuerpo cayó en una oscuridad inmensa.

El sirviente al ver a su amo caer por la fisura se lanzó al vacío sin pensarlo dos veces, no pensó en su seguridad más que solo la de su amo.

Sus cuerpos parecieron tocar fondo e inmediatamente comenzaron a deslizarse y caer por unas escaleras de piedra, cual costales rodaban hasta la base, el sirviente atrapó a su amo en un abrazo para que este cayera encima de él justo antes de terminar su caída, evitando así que se lastimara con el filo de las escaleras y con los escombros de las rocas que les seguían.

—Auch, oye Jin, ¿aun estás vivo? – pregunto cuando terminaron de rodar, ahora se retiraba de encima del menor para sacudir su ropaje del polvo.

—Eso creo. – respondió agudamente, su amo cayó encima de él sacándole dolorosamente todo el aire.

Entre la bruma y gracias a la luz que lograba colarse a través de la abertura en el techo, lograron ver algo asombroso, una gran habitación circular de piedra con un jardín y un inmenso árbol en el centro, ambos avanzaron entre la nube de polvo que comenzaba a disiparse.

Está de más decir que Yoongi cargaba a cuestas a su miedoso amigo cuando este se dio cuenta de que a los pies del gran árbol estaba una tumba. De entre las gruesas raíces emergía una lápida con forma de cruz con un círculo en su centro.

—A-mo-momo, ¿es un cementerio? – reacio, se acercó temeroso para inspeccionar mejor la cruz.

—No lo sé, solo hay una tumba. – Rodeo el tronco para inspeccionar si había más lápidas, pero al parecer no. No había más que monte y suciedad.

—No logro ver que dice, está borroso. – El sirviente retiraba despacio la suciedad para lograr ver qué decían las escrituras en la base, pero por más que limpiaba, no lograba ver el nombre del dueño a quien pertenecía este entierro, el tiempo había desvanecido la piedra.

—No entien... – el rubio paró al ver que de la cruz colgaba algo, tal vez un relicario por estar unido a una cadena. Lo tomo y limpio el polvo acumulado en él, descubriendo así que era un viejo reloj de bolsillo.

La joya en sus manos era hermosa y delicada, tenía grabados elegantes en la tapa; la cadena, el enganche y la corona estaban en perfecto estado. Busco un grabado en la parte trasera, tal vez así encontraría el nombre del dueño ¿podría ser de la persona enterrada ahí?, difusamente se alcanzaban a ver unas pequeñas letras, pero estaban borrosas.

Frustrado al no saber más acerca del dueño, decidió abrir el reloj, de manera extraña y sorprendente el aparato seguía en funcionamiento, más grabados se extendían por el marco y al centro logró ver un mecanismo diferente al que mostraban los relojes convencionales que todos conocemos, lo entendió de inmediato, era un cilindro de música. Lentamente comenzó a girar de la manecilla para ver qué tipo de melodía guardaba en su interior.

Jin, que solo se alejó unos pasos para inspeccionar mejor el lugar en busca de otras tumbas o algo que les dijera que era ese sitio o ¿Por qué habría una cripta oculta en los jardines de la mansión?  se vio interrumpido por una triste melodía, volteo su rostro en busca del origen de dicho sonido, encontrando que venía del reloj dorado que estaba en las manos de su amo, pero lo que más le llamó la atención; fue que el mayor comenzó a temblar.

—¿Joven amo? ¿se encuentra bien? - No recibo respuesta.

Su mano fue a dar a su pecho, su centro dolía, como si estuviera dándole un ataque, como si miles de agujas estuvieran incrustándose en su corazón. Rápidamente se vio transportado a otro lugar, ya no estaba con Jin.
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⏰ Última actualización: Jan 02, 2023 ⏰

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¡¡ No soy Alice !!  : yoonmin ; jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora