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—¡Joven Amo! ¿¡dónde está!? - gritaban desesperadamente los sirvientes del lugar. La mansión era tan grande que el joven podría estar en cualquier parte.

Miss Kate, jefa de los sirvientes, estaba desesperada y molesta al no poder encontrar al futuro Duque. Busco en cada rincón y no pudo dar con él, frustrada recurrió a su última opción; dio la orden de llamar al sirviente personal del Amo.

Esta noche se llevaría a cabo la ceremonia de mayoría de edad, por lo tanto, las personas más importantes de la región harían presencia y serían testigos de la nueva línea de sucesión. Verían el resurgimiento de una de las casas principales.

Una pequeña figura comenzó a hacer presencia al final del hermoso pasillo, paso a paso la persona era mas visible; cabello negro, largo y ondulado, ojos relucientes y amarillos, espalda recta con un caminar orgulloso; si, era el sirviente personal acercándose.

Inmediatamente llegó a él y lo tomó de sus hombros.

—SeokJin!! tu eres el sirviente que está siempre con el joven Amo. - el nombrado retrocedió un poco al ver a Miss Kate acercarse de manera amenazante y terrorífica. - ¿Dónde está escondido?

—Miss Kate, ¿Qué sucede con el joven Amo? - fingió demencia, aun cuando la contraria comenzaba a ejercer presión en su agarre. Él sería una tumba, debía ser leal.

—¡¡Casi es hora de la fiesta y no puedo encontrarlo en ningún lado!!, no me digas que, ¿¡está planeando arruinarla!? - soltó al joven, exaltada se tomó de los cabellos y despeinándose aún más caminaba en círculos, los demás sirvientes la veían con pena al verla tan desarreglada, hasta que una idea vino a la mente de la desesperada mujer, sin levantar sospecha camino hacia el ventanal más cercano para abrirlo; disimuladamente hurgo entre los rosales, satisfecha, dio la vuelta y pregunto una vez más. - ¿Dónde está?

—Bue... Bueno, en realidad no he visto al joven amo desde el desayuno, así que...

—Oh, eso me recuerda SeokJin, - riendo comenzó a acercarse. - El joven Amo una vez comentó que no soportas a los insectos, - detrás de ella sacó una enorme oruga peluda, agitó de cerca al insecto y sonrió macabra al ver pálido y sudoroso al contrario.

El pequeño, sólo podía ver al animal retorcerse locamente mientras era apretado levemente por unas uñas muy bien cuidadas. Su gelatinosidad, los múltiples bultos, las pequeñas pinzas bucales, unas feas antenas y esos asquerosos vellos.

Vamos él era fuerte, esto no era nada. Tenía una reputación que cuidar, o la poca que le quedaba ante los demás sirvientes. ¿Por qué se sentía ahogado? La habitación comenzaba a darle vueltas. ¿Era su imaginación,  o podía verle crecer unos temibles cuernos a Miss Kate? 

Si podía... ¿verdad? Era una tumba, una tumba, ¡¡UNA TUMBA!!

No aguanto más.

—¡¡EN EL LAGO!! ¡dijo que estaría en el lago! - gritó mientras se dejaba caer rendido en el suelo, dios, podía sentir las patas y los pelos en su cara. Era un hecho, iba a vomitar.

—Con que en el lago eh, bien ¡¡vamos a atraparlo entonces!! - satisfecha, dejó a la oruga devuelta en su hogar, acomodó sus lentes, recogió su vestido y comenzó a correr en tumulto junto a los demás sirvientes.

Jin apostaba que dejaban atrás una estela de polvo al verlos desplazarse como una jauría de animales rabiosos, todos en busca de su siguiente presa. Así que, recuperándose un poco de su vergonzoso episodio se dirigió a su recamara, agradeciendo que esta no estuviera lejos.

Una vez dentro, camino tembloroso hasta su cama para dejarse caer débilmente, pues aún no se recuperaba del susto, y tomó su tiempo en ello.

Se acomodó boca arriba, respiro profundo.

¡¡ No soy Alice !!  : yoonmin ; jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora