"es estúpido como las chicas se llaman entre sí, putas, maracas, perras. Es totalmente una sociedad machista donde el hombre queda como rey y la mujer solo como basura"
eso pensé al entrar en mi nuevo colegio, donde las "señoritas" no hacen nada por salvar su humillante existencia en un colegio destinado al fracaso.mi nombre es Alicia Castillo, vivo en maipú y literalmente he vivido en casi todo Chile, por cosas de la vida yo y mi mamá hemos viajado de ciudad en ciudad cada año o incluso meses.
Bueno, entré resignada al colegio, tipo ocho de la mañana sin conocer a nadie, busqué mi sala y entré, habían dos chicas y un chico dentro de la sala, se veían torpes y "ordenaditos", me miraron un rato con cara de vicho raro y por fin el chico se acercó para hablarme.
-hola, ¿eres nueva, cierto?-
-si - le contesté con una sonrisa de oreja a oreja como si fuera cómodo estar en mi posición.
-mi nombre, es cristobal, ¿y el tuyo?-
-Alicia- se sentó en una silla frente a mi mesa y prosiguió.
-bueno, entonces bienvenida, mira, ellas son ayleen y Andrea, son muy simpáticas- miré detrás de su hombro e intantáneamente me hicieron un desprecio.
-o si muy simpáticas- *noto ironía*.
Esa comversación siguió de la mejor manera posible aun que me tenía aburrida de tanto que hablaba, comenzó la primera clase, todo normal, la segunda casi me quedo dormida con la profe de química y la tercera un chico alto, medio moreno, de mala presencia se sentó en el puesto que estaba vacío a mi lado.
-hola- lo miré y luego me volví hacia la pizarra
-Alicia ¿no? -
-si- contesté sin despegar los ojos de la pizarra.
-me llamo nasho- me dijo nacho? o názhó? odio ese tono flaite. le hice un desprecio y miré a la pizarra. poco después de esa clase tocaron el timbre para irnos a la house *--*
y que creen!
a la salida, vi a ese tipo que se me acercó en clases, con otros dos chicos casi iguales a él. me hicieron señas pero seguí mi camino, luego me alcanzó y se paró frente a mí.-oye, alicia, no te vallas, eres nueva ¿no?- lo miré y asentí con la cabeza. él prosiguió - entonces te hace falta conocer gente aquí, gente como yo o como el flaco...- entonces miré a uno de los tipos que era extremadamente delgado y me saludó.- simpáticos, amables y segunderos...
lo interrumpí y dije - mira, no necesito conocer gente como tú, no me hacen falta amigos ni nada así y no necesito que tú vengas a ofrecerme tu "amitad- y me fuí con una calma tremenda, como que de la nada me sentí livana.
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fantasías
Romancealicia llega a maipú a vivir con su mamá, con dieciséis años su vida dará muchas vueltas sobre cosas que jamás pensó que podrían llegar a sucederle... como conocer a james o a Austin