Pregunta del día: ¿Alguna vez han amado?
Lo más probable es que sí. Todos hemos amado alguna vez.
Por ejemplo, yo amo mis libros, amo las redes sociales y la poesía.
Pero también hay cosas que odio, y eso es un poco contradictorio. Eso de amar y odiar es como una balanza, como el yin y el yang, el amor y el odio se complementan de una manera increíble.
Yo odio tener que soportar a mi familia lejana, odio el kétchup, odio la mayonesa y la mostaza, pero lo que más odio es a la nerd que no tiene vida social y se enamora del futbolista más popular del colegio, quien, nunca notó su presencia hasta que ella tuvo un cambio de imagen extremo donde descubrieron que ¡Oh! ¡Que sorpresa! ¡No es tan fea como la llamábamos! ¡Creo que voy a casarme con ella a los 20 años y vivir felices para siempre!
Agh, como odio ese último. Esos clichés solo demuestran que lo primero en lo que se fijan las personas siempre será el físico. No lo nieguen, eso está en la naturaleza del ser humano.
Tomé mi odio por los clichés y mi computadora para colocarla sobre mi regazo de manera que escribir se me haga más fácil, hoy se me ocurrió un título increíble para una historia de suspenso tipo Thriller: “Más allá”. Se basará en dos chicos que alguna vez ganaron el puesto del rey y la reina del baile, Julieta, se llamará ella y él, será nombrado Ben, principesco cual corona. Ellos saldrán del colegio después de la noche del baile para dirigirse al lugar donde siempre se escapaban, para olvidarse de todo aquello que los atormentaba y, para hacer lo que hacen los adolescentes normales: besarse. Al ellos llegar al lugar, descubrirán que hay un cadáver con una nota que los obligará a guardar silencio y a ocultalo, los siguientes días después de aquella traumática experiencia siguen apareciendo cadáveres de adolescentes en las puertas de sus casas, en sus autos, en sus habitaciones y lo que no saben es que sólo es un plan de uno de sus compañeros de clases, quién tiene problemas mentales que lo lleva a hacer distintas clases de locuras, desde darte una nota de papel con una imagen tuya siendo degollada hasta hacer cierto ese sueño tan macabro.
Es una de las mejores ideas que he tenido hasta ahora, ¡Hora de ejecutarla como a los cadáveres de mi obra maestra!
Pero mi trance de creación fue interrumpido al escuchar las ollas de la cocina, ¡No puedo escribir con ruido!
—¡Via! ¡Ven a comer! ¡Deja las redes sociales aunque sea por un momento!— escucho gritar a mamá desde la cocina y con fastidio logro decir un "voy" casi inaudible. No estaba en las redes sociales, pero no vale la pena discutir con ella, suele ser muy cascarrabias.
Bajé corriendo las escaleras haciendo que mis zapatos sonaran fuertemente contra la madera. Ese era mi sonido favorito.
—Últimamente estás en tu habitación todo el día, Sofia, estos jóvenes de ahora que ya no conviven en familia — dijo mi abuela en el otro extremo de la mesa—. Yo a tu edad ya estaba casada, criando a cinco hijos y con uno esperando en mi vientre.
—Abuela eso es matemáticamente imposible —respondí, aunque mi conocimiento matemático era casi, sino completamente, nulo.
—¡Claro que es posible! Mi primer embarazo fue a los 14 años y fueron gemelos, el segundo, a los 16 y también fueron gemelos y a los 17 ya había nacido un quinto —respondió—. Tu abuelo y yo éramos muy calenturientos y pasábamos todo el día fornicando en aquel sofá marrón...
—¡Mamá! —gritó mi madre tapándome los oídos mientras Jason se los tapaba a mi hermano menor. A veces mi abuela Gretchen era muy imprudente y contaba muchos detalles de su adolescencia, aunque le echamos la culpa por la edad, una anciana de 85 años no debe estar tan bien de la cabeza. Dicen que cada año se queman 25.000 neuronas y multiplicándolo por 85 años en total no debe quedarle ninguna.
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Una Mirada al Alma
Novela JuvenilEl amor es tan ciego... que hasta un ciego puede verlo