Capítulo 1

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Kendra:

Kendra se despertó de golpe. Otra vez había tenido "ese" sueño. Lo detestaba, cada vez que lo soñaba se sentía llena de ira y frustración, tenía ganas de patear todo lo que se le cruzara: Había soñado con Gavin "El traidor príncipe de los demonios y dragón encubierto Navarog" Rose.

El sueño siempre era igual: Kendra caminaba por un bosque en blanco y negro, lo único que tenía color era ella. Luego de un rato andando, se encontraba en un claro y a la orilla del agua, contra una roca, había una persona. Desde lejos no se distinguía bien quién era, sólo que era un chico de su edad, tal vez un poco más grande. Kendra se acercaba dubitativa, pero el chico estaba murmurando algo y ella quería escuchar.

Cuando estuvo a unos pasos de él, sintió que el aire se le escapaba. Era Navarog en su forma humana, Gavin. Estaba sentado con las piernas cruzadas, los codos en las rodillas y se tapaba la cara con las manos. Su piel, antes morena,  estaba pálida, sucia y llena de cortes. Su pelo estaba lleno de hojas y barro. La ropa que traía estaba hecha jirones.

Estaba llorando, y mientras lo hacía balbuceaba:"P-p-p-perdón, perdón, perdón, perdón....". Kendra estaba demasiado sorprendida como para decir algo, entonces él levantó la cara y la miró. Con lágrimas en los ojos (su ojo izquierdo era negro, el color que ella ya le había visto, pero el derecho era de un color amarillo brillante, con una pupila de felino), le decía: "Kendra, pérdoname, te juro que intenté evitarlo, hice todo lo que pude por... N-no me odies, n-n-no es mi culpa..."

Antes de poder contestarle, Kendra despertaba.

Se sentó en la cama. Odiaba ese maldito sueño, odiaba a Gavin, odiaba a Navarog. Jamás lo perdonaría. ¡Y lo peor de todo es que había osado decir que no era su culpa! ¡ÉL había matado a Dougan! ¡ÉL decidió trabajar para la Esfinge! ¡Y ÉL los había traicionado a todos! Todo era su culpa. Y en el sueño había tartamudeado... Se regañó a si misma por haber pensado que era lindo.

Intentó pararse, pero una puntada en la cabeza la hizo sentarse otra vez. Las súplicas de perdón de Gavin le llenaban la cabeza. Una persona normal no le daría importancia al sueño, Navarog había muerto y Gavin junto con él. Pero ella era de la familia de las hadas. Bracken le había explicado que sus sueños eran importantes: Podían predecir el futuro, viajar décadas al pasado, meterse en la mente de sus amigos, familia y enemigos, incluso podían dar respuestas a dudas, por ejemplo: Si alguien estuviera enfermo, el sueño le diría cómo curarlo. Sus sueños siempre mostrarían la verdad.

"NAVAROG ESTÁ MUERTO, GAVIN DE HECHO NUNCA EXISTIÓ" Se repitió en sus pensamientos. Aún así tenía miedo y enojo por su sueño. No podía ser que él estuviera vivo, pero cada vez que lo soñaba se daba cuenta que era bastante improbable que el Príncipe De Los Demonios fuera comido por un pequeño dragón hada. Adoraba a Raxtus, pero tenía sus dudas.

Miró hacia la cama de al lado, Seth no estaba ahí. Por la luz del sol supuso que serían las once, sería mejor bajar a la cocina y buscar algo de comer antes de que el almuerzo estuviera listo.

La luz del Príncipe de Los Dragones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora