CAPÍTULO 4

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THOMAS
—Hermanito, saldré de viaje por un par de meses. ¿Quieres ir conmigo?— Sara entro a mi habitación y se aventó a la cama.

—Ni en sueños— respondo mirando la pantalla de mi computadora.

—¿Por qué no? Será divertido— se levanta de la cama y se acerca a donde estoy —Tom, no puedes pasarte el resto de tu vida dentro de esta casa— se sienta en el escritorio.

—Claro que puedo— dejo de hacer lo que estaba haciendo y la miro. —No puedes limitarte a hacer las cosas por mi.

—Pero si yo no estoy, entonces ¿Quién cuidara de ti?— me mira preocupada.

—Se cuidarme solo— vuelvo a lo que hacia.

—Se que si, pero en el fondo aún siento que puede ocurrirte algo si yo no estoy. Puede pasar lo mismo de la última vez.

—No seas tan paranoica, Sara. Eso tiene mucho tiempo y te prometí que no lo volvería a hacer nunca. Confía en mi y ve a ese viaje que bien merecido te lo tienes.

—Bien— se levanta del escritorio y se dirige a la puerta —Espero que ordenes tu habitación para cuando vuelva.

—Si Sara— digo antes de que salga.

Después de algunas horas, Sara volvió a entrar a la habitación —Ya me voy— se acerca a donde estoy —Se un buen chico y aliméntate correctamente. No te desveles por las noches y báñate todos los días.

—Que tengas un buen viaje y saluda a George de mi parte.

—¿Cómo sabes que iré con el?— cuestiona mirándome sonrojada.

—Por favor Sara, se nota a leguas que iras con él. Lo note por lo feliz que estabas.

—Niño— alza su mano para darme un golpe.

—Será mejor que te vayas ahora o llegaras tarde al aeropuerto— la miro con una sonrisa. Ella se da media vuelta y sale de mi habitación.

Por fin tendría casa sola y la paz que necesitaba. Deje de jugar y puse música, esta noche festejaría que Sara se había ido. Subí a la cocina y prepare un buen ramen para comer, me dirigí a la nevera y saque una soda de piña. Volví a mi habitación y comencé a celebrar, fue bueno convencer a George de que se tomaran ese viaje. Mis ahorros se habían ido en una buena inversión.

Tener a Sara lejos por un tiempo seria genial, después de todo se lo merece. Todo iba perfecto hasta que oí que la puerta principal se abría. ¿Quién era?, me pregunte, ¿Acaso Sara había vuelto por algo que se olvido de llevar?

Apague la música y subí sigilosamente los cinco escalones y abrí un poco la puerta para poder ver de quien se trataba. Era nada más ni nada menos que Augusto, cerré la puerta nuevamente y me pegue a ella. ¿Cómo era posible que Sara me traicionara? Para comenzar ¿Qué demonios hacia ese chico guapo en mi casa?

No lo pensé dos veces y corrí a preguntarle a Sara.

¿Qué carajo hace Augusto en la casa?

Termine y se lo envié. justo después de eso recibí una llamada suya.

—Olvide mencionarlo, pero él se encargara de asear la casa y hacer las compras mientras no estoy.

—Pero Sara, sabes que ese hombre me odia— susurro. —Dile que se vaya, no lo quiero en la casa.

—Si lo hago tendré que volver–.

—No, Sara. Solo por ti tendré que soportarlo— cuelgo furioso.

¿Por qué de entre todas las personas tuvo que ser específicamente la persona que me gusta? Bueno, ahora nadie lo sabe y no planeo que lo sepan. No se como reaccionaran si se los cuento y aparte de todo esto él me odia.

(...)

Cuando estuve seguro  de que ya estaba durmiendo, salí y lleve el plato que había utilizado a la cocina. Me di cuenta que había preparado algo para mi, me sonroje al ver la nota que había dejado, pero no le daría el gusto. A parte de que ya había cenado no comería jamás lo que él me prepararía.

La caligrafía era perfecta así que guarde la nota y escribí una nueva en una servilleta.

Al día siguiente, cuando él volvió del trabajo, tocó la puerta. Pero yo no iba a abrirle, si lo hacía terminaríamos peleando como las veces anteriores —Thomas, tu hermana quiere que contestes sus llamadas.

Estaba molesto con ella, para comenzar ¿por qué lo trajo si yo no sé lo pedí? ¿Por qué no otra persona? No respondí nada y me acosté a dormir.

Todos los días salía  a las seis de la mañana  y regresaba antes de las nueve pm. Para esa hora yo estaba encerrado en mi habitación y evitaba a toda costa toparme con el.

Todas las noches entraba a su habitación y lo veía dormir por al menos unos treinta minutos. Eso, después de jugar LOL, era lo que mas me gustaba hacer. Si, parecía un acosador, pero no habría otra forma de verlo, ya que si me topaba con él terminaríamos peleando o algo parecido.

El fin de semana llego y, esta vez, el se levanto un poco mas tarde. Yo entre al baño a darme una ducha y justo antes de salir escuche que gritó —Thomas, ¿Qué es esto?

¿Cómo había entrado? estaba cien por ciento seguro de que había cerrado la puerta con seguro, pero me equivoque ya que se encontraba dentro de mi habitación.

Sali apresurado de la ducha usando solamente la toalla que cubría mi zona baja —¿Cómo entraste aquí?— pregunte cruzando miradas.

El me mira sorprendido y desvía la mirada —Lo siento— se da media vuelta y sale de la habitación.

PORQUE TE AMO (EN PROCESO DE EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora