1| Sophia y el trabajo de ciencias

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William McKinley High School (Sala de música)

—Britt... ¿Brittany?

¿Vas a llamarme?

Todos los días.

—¡BRITTANY! 

Brittany despertó de sus recuerdos volviendo a la realidad. Fijó su mirada al frente y vio los grandes labios de Sam, junto con toda su pálido rostro; tenía el cabello en su frente y sus ojos verdosos muy abiertos, su camiseta amarilla le resaltaba su cabello teñido con limones. 

—¡Lord Tubbington no fuma porros! Lo juro. —exclamó Brittany con miedo de que arrestaran a su gato por consumo ilegal de marihuana. 

Sam sonrió divertido y ofreció su mano para que la chica se levantara de la silla. 

—¿Estabas durmiendo con los ojos abiertos? —Britt negó con la cabeza. —Entonces... ¿pensabas? —la chica volvió a negar con la cabeza.

—Recordando. —contestó con una voz melancólica. Tomó la mano de Sam y se levantó de la silla, bajando el escalón de un saltito. —Recordaba a Santana. Su cabello, sus ojos, sus manos, sus t...

—¡VALE! lo pillo. —Frenó Sam a Brittany antes de que terminara su frase inapropiada. 

—Iba a decir "tono de piel" —reprochó Britt. Ambos frenaron y se miraron por unos cuantos segundos, hasta que la rubia no puedo aguantar más y apartó su mirada. —Vale. Iba a decir tetas. Tiene unas buenas...

Sam negó con la cabeza y Brittany entendió (extrañamente) que tenía que dejar de hablar sobre esa parte de Santana. Eso lo extrañaba. Hablar de cosas inapropiadas con Santana a todas horas, o escribirlas... o enseñarlas ya fuera por chat o en persona. 

Desde que se había ido a Louisville Brittany se sentía muy sola. Apenas y había ido a Lima dos veces y se habían visto por skipe un par de minutos a la semana pues Santana siempre estaba ocupada ya fuera estudiando, entrenando o en alguna fiesta Universitaria que aunque ella lo negara, lo amaba. Nunca había sido una persona celosa, pues gran parte de su relación con la latina había sido secreta y con permiso de estar con otros, pero ahora que era una relación real y más comprometida, aquel malestar en el estomago llegaba cada vez que Santana mencionaba a alguna chica.

—Recuerdo cómo eran —Sam volvió a retomar la conversación. Britt no pareció entender por lo que el rubio señalo su pecho. —Salí con Santana un par de semana así que se bien que las tenía... bien. 

—No deberías recordarlo, ahora son mías. Toda Santana es mía.

Brittany encaró las cejas enfadada y nuevamente celosa. Le dio a Sam un golpe en el hombro para luego salir corriendo a exactamente ninguna dirección. 

Ignoró a Sam durante toda la mañana, su comentario le había molestado aunque en el fondo sabía que era absurdo. Santana era ahora abiertamente lesbiana y Sam solo un chico mono, sabía que el hecho de que ellos estuvieran nuevamente juntos era completamente imposible. 

—¡Brittany! ¡Britt! 

La chica ya iba de salida cuando escuchó la voz de Blaine y Tina a lo lejos, intentó fingir que no había escuchado pero luego pensó en que ellos no tenían nada que ver con su enfado así que no vio justo hacerles pagar. Se giró y miró a ambos viniendo hacía ella con una sonrisa. 

—No quiero. —habló Britt en cuanto ellos se detuvieron en frente de ella. Tina y Blaine quedaron confusos con su respuesta. 

—¿No quieres qué? —preguntó Blaine a Brittany y ella se quedó en blanco un par de segundos pensando en por qué había dicho eso. Finalmente negó sin saber qué decir. —Da igual. —respondió el chico pelinegro. —¿Quieres venir a mi casa o lo hacemos en la tuya? 

dancing on my own  | Brittana |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora