2| plantas ilegales, Finnocencia y una figura de unicornio

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Universidad de Louisville

—Creo que he causado problemas.

Santana negó con la cabeza.

La latina quedó descolocada tras la extraña videollamada con Brittany. Nunca había recibido tal escena de celos por parte de su novia pues normalmente solía ser al revés. Sin duda todo era culpa de la maldita Tina, siempre metiendo mierda en todos lados solo porque no sabe superar a Mike y le hecho de que Marley es "La nueva Rachel" y no ella. Para colmo no respondía los mensajes ni las llamadas que volvía ha hacer.

19:33 Eh, Britt. ¿Qué ha pasado?

19:33 ¿Has vuelto ha presionar el botón de colgar sin querer?

19:33 Coge el teléfono, por favor

19:34 BRITTANY

*Llamada perdida*

*Llamada perdida*

*Llamada perdida*

19:36 Lord Tubbington, ¿puedes pasarme a tu madre?

19:36 ¡BRITTANY SUSAN PIERCE!

—No has sido tú, ha sido Tina.

—¿Amiga tuya? —preguntó la castaña. San afirmó con la cabeza.

—Amiga que mataré en cuanto la vea. —la otra chica se le quedó mirando con algo de miedo. —Era broma, Sophia. No la mataré, no ahora. —Tomó unos vaqueros y la primera camiseta que encontró, luego cogió su móvil y se aproximó a la puerta de la habitación. —Hoy no iré a la fiesta, ve tú sola.

Salió de la habitación para poder tomar aire fresco, lo necesitaba. Sus ánimos ahora habían decaído, no le bastaba con las clases que ahora tenía que lidiar con Tina metiendo las narices en cualquier vida menos en la suya.

Todo en Louisville no era tan asombroso como le decía a Brittany, de hecho iban de mal a peor. Le había dicho a Britt que todo era como un sueño pero la realidad es que no tenía ni una sola amiga, a excepción de Sophia, su compañera de habitación. La chica era estudiante de medicina por lo que solo se veían en una clase de ética, en las noches y en alguna que otra fiesta, de ahí no pasaba su "amistad". Las clases eran lo peor; no entendía la mitad de ella por lo que a los quince minutos de estar en la clase desconectaba y dejaba de prestar atención para luego no asistir el resto del día.

Nada era como en el instituto, cuando reinaba. Ya no tenía a las personas detrás de ella, ya no pertenecía a ningún grupo ni tenía amigos; extrañaba a todo el Glee club, incluía Rachel. En las noches cuando estaba a punto de dormir recordaba los buenos momentos con ellos, las risas, las competencias, las imitaciones de Sam e incluso las peleas ahora las recordaba con alegría. También se acordaba de Finnocencia y se ponía triste al saber que ahora estaba en el ejercito intentado hacer algún abdominal. Aun no entendía cómo había logrado entrar ahí con el físico de manatí que se cargaba.

Encendió su móvil y miró la lista de sus contactos para poder llamar a alguien. ¿Puck? No, poco útil. ¿Artie? Ni porque se me fuera la vida en ello. ¿Rachel? No estoy para su voz chillona. ¡Kurt!... No. ¿en que podrá ayudarme un virgen? Barajó opciones para ver quién podría darle un buen concejo, pensó en Finn, pero luego recordó que estaría por ahí intentando no dispararse una pierna o algo parecido. ¡QUINN!

—¿Quinn? Hola. —Saludó de manera apresurada sin siquiera dejarle contestar. —Rápido, ¿has hablado con Brittany en estos últimos minutos?

—No he hablado con Britt desde que nos graduamos. Ni tampoco contigo hasta ahora. —contestó Quinn a modo de reproche. —Tampoco te mataría dar un buen saludo.

dancing on my own  | Brittana |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora