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Al no encontrar la llave para abrir el pequeño candado, Michell fue por el martillo.

Y una vez abierta la cajita, comenzó a pasar una por una las notitas y tomó la que tenía la fechas más antigua.

Escribo, porque segùn lo que me dijo ella, me aligerará el alma, y las hojas donde escribiré seran excelentes confidentes, que pronto se convierten en mis mejores amigo.

¿Y decían que la rara soy yo?

¿Y si vuelo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora