Tres omegas le dedican algunos vídeos a aquellos alfas que, por una u otra razón, los dejaron con un bonito regalo que con el paso del tiempo gatean, caminan e incluso ¡hablan!
Pero no es como que odien lo que paso, lo que estos omegas quieren, es s...
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Jungkook estaba en el baño devolviendo todo lo que había comido esa misma mañana, llevaba una semana así y no tenía que ser un genio para saber a qué se debía. Está bien, tres años atrás había querido un bebé y lo había intentado pero no había podido tenerlo, decidió entonces dejar para después ese pequeño plan.
Sin embargo los anticonceptivos siempre habían funcionado, incluso cuando de vez en cuando a Yugyeom y a él les gustaba hacerlo sin condón, las pastillas habían funcionado.
¡Pero está vez parecieron fallar!
No es que no estuviera contento, estaba realmente feliz por eso, por fin tendría a su bebé. Pero ¿por qué debía ser justo en ese momento? Justamente estaba cerrando un trato con otra empresa, incluso estaba la posibilidad de que tuviera que hacer un viaje de negocios por unos cuantos meses. No era la primera vez, pero si era la primera vez que la responsabilidad recaía en él y si estaba embarazado, lo más probable es que no pudiera viajar y la oportunidad sería para otro.
Por ese día decidió pedir un día libre, había trabajado tanto durante el último año que un día libre no le haría daño. Prefería ir con alguno de sus hyungs, tal vez ellos podrían aconsejarle, aunque todavía no confirmaba lo del bebé, tendría que comprar pruebas de embarazo.
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Ahí estaba, en la casa del único que tenía el día libre justamente ese día. Seokjin había sido un buen omega, se convirtió en asistente personal de su propio alfa y, a pesar de su relación, todo había ido viento en popa. En realidad Jin siempre lograba separar el trabajo de su vida personal y ayudaba el hecho de que Namjoon no le pusiera trabas en eso.
Ambos eran como esa pareja perfecta, una pareja de negocios perfecta con la familia perfecta. Sin duda alguna le daba un poco de envidia, pero no se quejaba porque estaba perfectamente con Yugyeom, ambos en su departamento, uno más grande que el que tenía Yugyeom antes, pero perfecto para ambos.
— ¡Tío Jungkook! – exclamó un pequeño mostrando sus hermosos hoyuelos
