I: Fantasma

66 7 0
                                    

Estaba tibio a su alrededor.

Harry sentía la cálida brisa acariciar su piel y remover su cabello, como un beso casto. Era como si estuviera flotando en una tina de agua, silencioso e inmobil. A pesar de que tal sensación debería ser calmante para cualquiera, Harry estaba asustado. Estaba tendido sobre algo, con la luz del sol brillando detrás de sus párpados, y no podía moverse.

Se concentró en los dedos de su mano izquierda, y un acto que en cualquier momento debería haber sido instantáneo, ahora se convirtió en una lenta tortura. Cuando finalmente logró mover su pulgar un centímetro, fue como si una presa se hubiera roto, como si la gaza que lo estuviera ahogando finalmente se rasgara.

Harry empezó a toser con fuerza, el movimiento contrayendo los músculos de su abdomen de tal forma que su espalda impacto dolorosamente contra el suelo, sus manos arrojándose sobre la superficie -piedra limada, una parte de su mente registro- de manera caótica, buscando un ancla. El dolor detrás de sus ojos le quemaba de tal forma que Harry creyó por un momento que su cabeza explotaría, y logró finalmente ponerse de costado con ayuda de sus inútiles brazos, que no habían dejada de dar espasmos desde que Harry despertó.

Allí se mantuvo, con los ojos cerrados con fuerza y los nudillos blancos sobre el piso, su cara pegada a la piedra, el frío que emanaba consiguiendo calmar un poco el dolor.

Su respiración volvió a algo parecido a la normalidad, su cuerpo todavía temblando luego del repentino ataque. Una mano temblorosa se apoyó sobre su pecho, encontrando la delgada tela de una camisa, y debajo de ella, piel en perfecto estado.

Esto fue lo que finalmente impulso a Harry a concentrarse en la situación en que estaba, donde momentos antes había estado ciego por el dolor. Levantó su torso dificultosamente y observo su pecho, su mente en blanco.

La camisa estaba arrugada y media abierta, y la piel debajo de ella se veía sana, si es que un poco pálida. Sin un rasguño.

Que mierda. Pensó Harry, todavía mirando desconcertado la piel que hace un tiempo estaba mutilada y con una agujero que definitivamente no podría haber desaparecido en cuestión de minutos. Esto no es posible... Por qué sigo...

¿Cómo es que sigo vivo?

Despegó sus ojos rápidamente, la irrealidad de la situación a punto de tragarse la racionalidad que tanto le había costado reunir luego de su doloroso despertar. Se concentró en intentar levantarse, en el cuarto alrededor suyo, en la luminosidad de la tarde fuera de las ventanas, cualquier cosa que lo distrajera del hecho de que debería estar muerto.

A su alrededor estaba lo que solo se podía calificar como opulento. Piso de clara piedra, limada hasta que fuera suave al tacto como antes había notado, paredes de mármol y una extraña madera dorada, con intrincados patrones tallados, cortinas largas y blancas que daban paso a una gran ventana abierta que dejaba entrar la brisa exterior. Al centro de la amplia habitación se encontraba una cama con apariencia de ser confortable, junto con varios muebles de madera oscura repartidos. A un lado de lo que parecía ser un tocador, había un espejo de cuerpo completo, y unos metros más allá se hallaba la puerta de lo que más probablemente era el baño.

Todo era blanco, dorado y castaño, la riqueza de los residentes expuesta en cada rincón de la estancia. Harry pudo ver qué, sobre una estantería, había una colección de fotos, donde aparecían tres miembros de lo que parecía ser una familia... Su familia, se dio cuenta Harry con un estremecimiento, al ver su rostro al medio de las dos personas.

Parándose de pronto con la adrenalina bombeando por sus venas, Harry estuvo a punto de caerse, la jaqueca y mareos amenazando con devolverlo al suelo otra vez. Agarrando el mueble más cercano con fuerza, Harry intento insertar algo de sentido en todo lo que había a su alrededor.

Primero, no estaba muerto.

Su último recuerdo antes de despertar en esta lujosa habitación era estar corriendo, adentrándose en un callejón sucio y saliendo al otro lado... Y encontrándose con la mira de una escopeta. Todavía podía escuchar el sonido del disparo, y como las pequeñas balas impactaban con su piel, el sentimiento de sus huesos rompiéndose bajo el metal caliente tan reciente como si hubiera sido hace un segundo, y Harry debería estar muerto, el debería-

No, Pensó Harry con intensidad, negando las ganas que tenía su cuerpo de colapsar. Si seguía con esa línea de pensamiento, Harry enloqueceria, y ahora no podía permitirse flaquear. No mientras no supiera como había llegado aquí, o por que.

Entonces, segundo.

A pesar de lo que pudo haber pasado antes, Harry estaba relativamente sano, si no contabas el dolor punzante detrás de su cabeza. Claro, estaba más que un par de centímetros más bajo en estatura, y sus brazos estaban penosamente delgados en comparación a lo que estaba acostumbrado, igual que la mayoría de su cuerpo. Desde su posición inclinada, podía ver qué sus manos estaban pálidas por la falta de sol, con las venas azules visibles a través de la piel. Con un parpadeo sorprendido, algo llamo la atención a su mano derecha.

Al girar levemente la mano, se reveló una cicatriz que parecía ser una frase tallada sobre su piel; no debo decir mentiras, leía.

Harry sintió alivio derramarse dentro suyo. Gracias a Dios, este seguía siendo su cuerpo. Riéndose sin aliento, Harry agarró la mano marcada con alegría, por una vez agradecido de la loca de su trabajadora social Umbridge, y su necesidad de torturar adolescentes siempre que podía.

Cuando tenía dieciséis, esa mujer lo castigo por haberle respondido en clases, marcándole de por vida con la frase. Después de eso, ella fue despedida, obviamente, pero la cicatriz siempre se quedó como un recuerdo desagradable para Harry. Aunque ahora la veía con una luz totalmente distinta. Harry deliberadamente ignoro el hecho de que su cuerpo no calzaba en absoluto con su edad. Después de todo, el objetivo era permanecer funcional.

Con un poco más de optimismo, Harry se asomó por la ventana, dispuesto a descubrir su locación.

Fuera, la radiante luz del sol se extendía como un manto sobre el paisaje, altos árboles con ramas sacudiéndose en el viento esparcidos por un campo de pasto verde esmeralda, un extenso jardín y terraza con mesas y sillas, un gran estanque donde residían peces y patos, e incluso un invernadero más allá, medio escondido entre los árboles.

Los montes rodeaban la mansión de forma casi perfecta, un pueblo distante viéndose en el horizonte

Había otro sin fin de detalles que Harry pudo haber identificado, como el columpio escondido en uno de los robles cerca del estanque, o el sonido de lo que parecía ser caballos a la vuelta de la esquina, si no hubiera sido por el pilar de lo que parecía ser cuarzo en medio del jardín, con símbolos y runas grabados que brillaban con una luz lila, y con dos piedras más arriba en forma de diamante, con las mismas runas talladas en ellas.

Cabe decir que estaban flotando.

Me tienes que estar jodiendo. Penso Harry, los músculos de su mandíbula contrayéndose de forma espontánea. Ahora que se fijaba, había múltiples lugares con las runas marcadas, y más  de un diamante flotando a nivel del suelo en el jardín, aunque de tamaño mucho más pequeño que el del pilar.

Mirando el cielo en un intento de calmar el torbellino de pensamientos dentro de su cabeza, Harry miro la tenue luna de la tarde, y apenas visible a su lado, otra esfera que parecía ser... Otra luna.

Harry soltó un grito de enojo y frustración, los patos del estanque escondiéndose bajo el agua.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 20, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Me Dispararon en mi Vida Anterior y Ahora soy un Omega de la Nobleza?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora