Pain & Rose™

Pain & Rose: Capitulo 2

"La vida es como una rosa: cada pétalo es un sueño y cada espina es una realidad." 

Había pasado una semana desde que desde aquella bienvenida, una semana desde que conocí a Liam un chico de llamativos cabellos azules y mirada divertida, en esa semana logramos conocernos formando una amistad poco convencional junto a Valentin, el chico de azabaches cabellos. 

Hoy era un día un poco tranquilo, podía escuchar como la brisa resonaba entre las ramas de los arboles y a las chicharras alzar su canto. El sol pegaba directamente en mi rostro extendiéndose por mi cuerpo los cálidos y acogedores rayos, era un ambiente pacifico y calmado, muy calmado para un día normal en esta mansión. 

— Oye compadre, por que tan solo? – su voz suave hacia un contraste casi sinfónico con los sonidos naturales, al abrir mis ojos pude observar su brillante sonrisa aun mas radiante que el sol que se posaba encima de nosotros, una sonrisa nació en mi rostro sin poder evitarlo.

—Pues nada socio, aqui aburrido. – respondí sentándome en el verde pasto mientra el hacia lo mismo, sus azules cabellos ya un poco decolorados bailaron con el viento distrayendo me, sus ojos miraban al frente mientras se que los mios detallaban cada fina facción, miraba aquellos pequeños lunares que casi no se veían, miraba aquellos labios tan rojos como cerezas y aquellas perforaciones en su oreja dándole un aspecto rebelde. 

— Pues estamos igual, quieres hacer algo? – Preguntó mirándome a los ojos, una corriente eléctrica atravesó mis sentidos en ese instante cuando sus orbes se posaron en los mios y su sonrisa iba dirigida hacía mí.

— Y si nos besamos, ya sabes chape para reforzar la amistad– Esas palabras abandonaron mis labios sin darme tiempo de atraparlas, mis mejillas se habían calentado, claro que culpe al sol por ello y no a la vergüenza que me produjo su risa, ni a la timidez que me causo aquel guiño.

— Que atrevido salio compadre. – Tan solo eso basto para que aquel intenso calor se intensificará, me sentí cohibido, me sentí como un adolescente que apenas le dijeron algunos cuantos halagos.

Y en aquella fresca tarde, debajo de aquel sol brillante, sentados en aquel pasto, me di cuenta que no era tan solo un chico de azules cabellos.

Bajo aquel cielo tan azul como sus hebras, comencé a darme cuenta que iba a ser mucho mas de lo que pensé.

Por que aquella tarde por primera vez en año, la timidez, la vergüenza y los nervios se hicieron presente en mi sistema luego de años.