Agosto 16

723 45 7
                                    

Anoche soñé de nuevo con el, estábamos en una especie de establo, nos resguardabamos de una fuerte lluvia, su camisa estaba empapada y dejaba ver esos fabulosos pectorales, yo, temblaba de frío, mi blusa dejaba ver mi ropa interior roja, la cual, no pasaba desapercibida ante sus ojos.

Sin mediar palabra, se abalanzó sobre mi, prácticamente me arrancó la ropa y me hizo suya, no importaba el frío, no importaba que tuviese esposa, todo se olvidaba en ese instante...

Recuerdo detalladamente el acto, yo, encima suyo moviendo mis caderas hacia adelante y hacia atrás, cada vez con mayor rapidez, él, con una mano en mis pechos y la otra en mi cintura alentándome a continuar...

Era como ver una película de esas sucias, yo podía observar todo lo que sucedía.

Me desperté de golpe, sudorosa y con mis partes íntimas muy mojadas... ¡Un sueño húmedo!

Esto se está saliendo de control, debo ponerle un alto lo antes posible.

Tuve que ducharme de inmediato, luego, pensé en salir a trotar, el aire fresco me sentaría de maravilla.

En la puertas recogí el diario, pude ver que una hoja sobresalía de él, era una carta de Damián...

"Alicia:
Sé que te he puesto en una situación complicada, pero necesito que me entiendas, el volver a verte, ha despertado mis sentimientos; durante toda mi vida, he intentado olvidarte, mujer tras mujer pasaron por mi cama, pero no funcionó, solo eran encuentros furtivos, fugaces momentos de placer, pero, faltaba algo... Amor... Tu amor.

Creí odiarte por muchos años, quise convencerme de ello, pero ya ves, aquí estoy, buscándote, deseándote y sinceramente, siento rabia conmigo mismo, me odio por ser tan imbécil.

Arruinaste mi vida, pero aun así te amo como el primer día.

No te pido que seas mi novia, no somos unos niños para jugar a ello; como adultos, te propongo clandestinidad, seremos muy discretos para que Salomé no se de cuenta.

Sé que deseas estar conmigo, tu cuerpo me lo dice, déjate llevar por favor.

Damián".

¿Qué debía yo responder?

Me parece algo ridículo, pero debo admitir que su propuesta me ha estado rondando la cabeza todo el día.

Recorrí el vecindario por casi dos horas, al llegar a casa, pude ver a Salomé en su jardín.

—¡Alicia! Que gusto verte, ¿Cómo sigues?—

—Mucho mejor, gracias ¿y tu?—

—También mejorando, por fortuna tengo un excelente y amoroso enfermero—.

—Sí, me imagino; con tu permiso, tengo muchas cosas que hacer—.

—Que tengas buena tarde, espero que esta noche si puedas venir a cenar con nosotros—.

—Aún no lo sé, yo te aviso mas tarde, adiós—.

—Adiós—.

Ya me Inventaré algo para no ir.

Pasadas las 2 de la tarde abrí nuevamente, las ventas estuvieron mejor hoy, así que no me quejo.

Un poco después de las 6 me dispuse a cerrar cuando Damián apareció en mi puerta.

—¿Qué haces aquí? Ya voy a cerrar—.

—Salomé me envió, quiere saber si cenarás con nosotros—.

—Obviamente no—.

—Eso imaginé—.

Me ayudó a cerrar el negocio y se quedó dentro conmigo, se sentó en el sofá y me pidió café.

—Alicia, ¿Tienes café?—

—Si claro, ya te sirvo uno—.

Me incomodaba un poco que se quedara, pero, por otra parte, me alegraba mucho tenerlo cerca.

—Toma—.

—Gracias—.

—Deberías irte ya—.

—Lo sé, pero primero debo hablar contigo—

—¿De qué?—

—De nosotros—.

—¿Nosotros? No hay un nosotros—.

—Porque tu no quieres—

Se levantó y vino hacia mí lentamente, acercó poco a poco sus labios, cuando estuvo a punto de besarme se detuvo, me observó un instante, se dió la vuelta y se fue.

—Buenas noches, gracias por el café— dijo mientras cruzaba la puerta.

¡Qué imbécil! Solo vino a provocarme, ¿por qué no me besó? ¿Acaso está jugando conmigo?

Me fui muy molesta a la cama, sin cenar, el poco apetito que tenía se me fue.




DIARIO DE MIS DESEOS (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora