*Narra Dylan*
Sus ojos eran hermosos eran de un color miel pardos y grandes, de verdad eran hermosos, no podía dejar de verla en verdad era bella, tenía que dejar de decir "en verdad", pero no podía negarlo, no sé si era por que era mi esclava y sentía esa sensación de querer tenerla siempre a mi lado, no había pasado en estos dos años y me era muy raro que ahora sí.
Cuando la vi la primera ves que vine de las vacaciones que tuve, choque con ella y la reconocí por la pulsera que llevaba aunque no me miro supe que era la chica que había visto hace dos años en esa casa vieja, ella tenia algo que me volvía loco y que no podría olvidarme de ella, aunque como ya dije no había pasado hace dos años aunque ahora que hago memoria, cuando la vi en esa ocasión me pareció uno de los seres más hermosos que había visto.
Aunque estuviera con Eleonor con ella no había pasado todo esto, ella era linda y todo eso, sentía algo por ella pero no tan fuerte por el gusto que tenia por Layla, no podía cambiar a Leonor por Layla tenía que amarla, yo la amaba y ella me amaba, tenía que afirmármelo a mi mismo, Eleonor era muy especial para aunque era todo lo contrario que Layla, entre ellas daría mi vida por Eleonor.
*Narra Layla*
Ya había pasado 3 meses, cuando Dylan quería sangre venia hacia mi, a veces me sentía mal por ser solo un objeto que generaba sangre y que Dylan no sepa los sentimientos que habían renacido en mi interior, aunque el podía leer la mente, bueno eso creía, por que hasta ahorita no pasaba nada.
Alice me había echo ocultar mis pensamientos y sementinos ya que ella se había dado cuanta, me ayudo a ocultar todo, era demasiado difícil, era como un conjuro que me había echo decir, veía como los hermanos de Alice me miraban no se si era una mirada de amistad o de indiferencia, pero me incomodaba, estaba recostada en mi casillero mirando a un punto invisible, cuando siento que me tocan el hombro.
Layla-me saludaron los hermanos de Dylan con un tono alegre.
Hola, ¿nos conocemos?- dije cerrando mi casillero y mostrando una sonrisa.
En verdad eres hermosa- dijo Fox, me sonroje y el sonrío, no sé si era un cumplido o me querían tomar el pelo.
Gracias Fox.- dije sonriéndole, veo que pasan unas chicas y me miran recelosas.
¿Qué clase te toca pequeña?- dijo Esteban.
Pues literatura, ¿y ustedes?.
Pues a mi también me toca- dijo Esteban, sus ojos brillaron, me miraba muy intimidante, pero se veía muy sexy, el sonrío.
Oh no, a mi álgebra- reí - lo detesto.
Miles de años como un vampiro y no puedes aprender una materia tan simple-sonreí, Esteban me siguió, Fox estaba con cara de pocos amigos.
Chica arriesgada, me gusta, al menos Dylan escogió algo bien en toda tu vida - los mire, me miraban demasiado - eres muy graciosa para enfrentarte a mí.
Vamos Fox no estés así, es una broma- dijo su hermano, el me sonrío, también hice lo mismo.
Esta bien , creo que nos llevaremos muy bien- dijo Fox.
¿Nos vamos pequeña? - dice Esteban, asiento.
¿Porqué pequeña? - le digo.
Tenemos cientos de años más que tu, además me gusta decirlo, eres más pequeña que yo.
Es verdad, ¿porqué Dylan puede tener esclava? , ¿ustedes también pueden?.
No, Dylan es el que se convertirá en líder, de todos los vampiros de nuestra, como podría decirlo, ¿tribu? - se ríe.
¿Enserio? - asiente.
Es como un príncipe, el será el heredero al trono, por ser el hijo de sangre.
No entiendo, ¿hijo de sangre?
Me caes bien pequeña, pero ya llegamos a clases y esto quedará para una conversación en otra oportunidad - no era justo, quería saber - nada es justo en la vida y a veces las cosas debes saberlas en su preciso momento - mierda tenía que seguir practicando para que no puedan leer mi mente, solo sonrío.
Vale, esperare - entramos a clase de Literatura y a veces Estefan me miraba, me daba miedo, por que me miraba y sonreía como sabiendo que pasaría algo.
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Esclava de un Vampiro
VampireEra refrescante estar a su lado , su piel era suave y su cuerpo era caliente placido estar con él, sus ojos marrones oscuros esos que con solo una mirada te saciaba , sus labios tan rojos como la sangre, su cabello negro era hermoso; cuando sentía s...