Capítulo 12

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Lo que en realidad pasó fue que esperaron al menos quince minutos hasta que el grupo estuvo al completo y no hubiera padres rondando la zona, después tomaron un camino para alejarse de la multitud y perderse por algún callejón en donde nadie los molestaría.

—¿Qué diablos hacemos aquí?— interrogó Layla, mirando a sus cinco compañeros, su mejor amiga le dio una mirada apenada mientras se aclaraba la garganta.

—No vamos a ver ninguna película —informó.

—No me digas —respondió sarcástica.

—Queremos hacer cosas ilegales, si te decíamos eso no ibas a aceptar venir.

—¿Cosas ilegales?—rió negando con la cabeza—. Estáis mal.

Adam se acercó a ella al ver sus intenciones de querer irse y rodeó su cuerpo con sus brazo de forma amistosa, ella le puso mala cara a la acción pero no se opuso.

—Déjala, solo quiere follarse a Marc —susurró para que los demás no lo escucharan—. Y bueno, ellos tienen pensado drogarse.

Eso último lo dijo en voz alta, los que tenían un cigarrillo los regresaron a mirar y le extendieron uno mientras sonreían maliciosamente.

—Metanfetamina  —murmuró uno de ellos.

—No quiero probar esa mierda —dejó en claro.

—Aburrida —bufó el que antes le había invitado a fumar.

Ella negó con la cabeza una vez más, se separó de Adam y se apoyó en la pared mientras sacaba su teléfono móvil. Sus compañeros habían empezado a hablar de algo sin importancia y su mejor amiga ya estaba tonteando con el chico que le gustaba.

Aprovechó para entrar a Google y buscar los efectos de la droga estimulante que su amigo estaba fumando, podía ser un capullo cuando se lo proponía pero a ella le importaba su salud. Lo que encontró no le gustó en absoluto
"Cuando la metanfetamina se fuma o se inyecta, llega al torrente sanguíneo y al cerebro con mucha rapidez, lo que causa una oleada de placer intenso e inmediato y amplifica la posibilidad de adicción y consecuencias perjudiciales para la salud."

Gimió de la impresión. No necesitaba que su colega terminase con una adicción y con problemas de salud solo por un capricho. Se acercó a él para quitarle el cigarrillo de las manos, él la dejó pues pensaba que lo hacía para fumarlo ella, pero no, lo que hizo fue tirarlo al suelo y pisarlo para apagarlo.

—¿Qué coño estás haciendo?—vociferó, tomándola por los hombros y zarandeándola por unos segundos—. Eso vale dinero, gilipollas.

—Si no quieres terminar con la nariz torcida te recomiendo que me sueltes y te calles —dijo ella con toda la calma del mundo.

—¿Eres consciente de lo que has hecho?— escupió en su dirección.

—¿Eras tú consciente de lo que hacías?

—Chicos, ya basta —los interrumpió uno de sus compañeros—, no queremos discusiones... ¿Recordáis la idea principal que teníamos de la salida?

—Yo no, porque a mí nadie me cuenta nada —reprochó Layla.

—Queríamos ir a ver las peleas clandestinas —murmuró su mejor amiga, con una sonrisa de inocente en el rostro.

—¡Oh, de puta madre! —exclamó Layla riendo—. Que no vivimos en una historia cliché de Wattpad, ¿sois conscientes? Esto va a terminar mal, muy mal.

Lujuriosos PensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora