-𝙸𝙸

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-02:25 AM.
𝙏𝙃.

No podía dormir bien, me sentía muy observado. Lo único que hacía era dar vueltas en la cama una y otra vez, había un ambiente bastante frío. ¿Qué estaba mal conmigo? Abrí los ojos lentamente y vi que todavía era de noche, sentía mi boca estaba seca como un desierto.

Me levanté de la cama un poco aturdido me di la vuelta encontrándome con la causa de mi mayor miedo, mi padre siempre me decía que si salía de casa me iban a secuestrar y nunca iba a volver a casa. Pues ahí estaban dos hombres de negro en la puerta mirándome.

Mi respiración se volvió bastante pesada y el pánico empezó a llenarme el cuerpo, a tal punto de quedarme paralizado del miedo.

-Pa...pa...dre... - Decía una y otra vez con un tono de voz bastante bajo, pero ahí seguía yo esperando a que alguien me escuchase. Cuando uno de ellos dió un paso hacia mí el corazón se detuvo por un instante. Mi cuerpo reaccionó sin explicación alguna al ver como hacía señas entre ellos, con mi mano derecha empecé a buscar encima del escritorio algo con lo que poder defenderme, encontrándome con un cúter.

Ambos hombres empezaron ha acercarse a mi rápidamente sin nada que arriesgar, una parte de mi estaba paralizado y la otra estaba alerta.

Cuando uno de ellos agarró mi brazo izquierdo no esperé más ataqué con mi mano derecha, unas gotas de sangre salpicaron mi cara y mano dejándome totalmente perplejo, el cúter paso por su ojo dejándolo totalmente ciego e inmóvil. El otro hombre corrió hacia mí sin miedo, a lo que yo esquivé su ataque y pisé su cabeza, dejándome unos cuantos segundos para escapar.

Corría torpemente hasta la habitación de mi padre, la cuál me parecía que estaba a kilómetros de mi, la habitación de mi padre estaba a tan solo unos metros parecía tan cerca que no me di cuenta de mi error.

De la nada apareció un brazo en la pared, golpeándome directamente la cara y acabando tirado en el suelo del miedo, miré a mi alrededor y vi a un montón de hombres detrás de mí, no tenía escapatoria de esa prisión.

Fui a ponerme de pie pero un agarre por la espalda me dejó inmóvil y con dificultad para respirar.

-Ahora. -Dijo ese hombre justo al lado de mi oído, dejándome pensativo ¿Esa voz? La había escuchado mil veces, ¿El cocinero?¿Por qué?

Otro de ellos se acercó a mí con un paño y lo colocó tapándome la nariz y la boca, sabía perfectamente que era el líquido que había mojado en ese dichoso paño gris. Empecé a sentirme muy relajado, mi cuerpo dejo de estar tenso y comencé a ver un poco borroso.

-Buenas noches Taehyung. - ¿Esa voz? Fue lo último que pensé antes de quedarme completamente dormido en el agarre de ese hombre.

𝙅𝙆.

Namjoon me estaba indicando las cosas por un pinganillo, la semana había pasado demasiado lenta para mi, por fin es el día de la misión nunca había estado en una subasta clandestina, estas cosas son ilegales para los ciudadanos pero para los políticos no.

-¿Te ha quedado todo claro Jeon? - Dijo Namjoon por el pinganillo.

-Todo claro.

-Bien, recuerda salir por la puerta de atrás te estará esperando alguien que te traerá de vuelta aquí.

-¿Y si no lo consigo?

𝙡𝙤𝙩𝙩𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora