UN DÍA COMO LOS OTROS

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Tenía que levantarme para ir a la escuela, pero en realidad no tenía ganas, el día de ayer me dormí muy tarde porque preferí prácticar un maquillaje demasiado hermoso que ví en un tutorial, ahora que lo recuerdo, olvidé lavarme la cara y quitarme todo el producto. Escuché la alarma sonar y con la mayor pereza del mundo, estire mi brazo para poder alcanzarla de una vez por todas, en verdad tuve que hacer un gran esfuerzo para salir de mi bella cama .
Faltaba media hora para entrar a clases, quedé en blanco, -pensé que aún faltaba una hora -dije sorprendida,volé hacía el baño pero cuando salgo de la ducha me doy cuenta de que toda mi cara está manchada por el maquillaje de anoche.

- Dios, ¿Qué más quieres de mí?-Exprese casi gritando - Era un manojo de nervios, tomé una pequeña toallita húmeda junto con una crema para desmaquillarme, lo más difícil fue quitarme la sombra de los ojos y la pestañina -Bueno, quedé como un bendito personaje salido de una película de Tim Burton, ¡perfecto! -Exclame con felicidad y enojo.

Tomé el autobús, en eso mi mejor amiga me llama por teléfono, - Aslan, ¿Acaso no vendrás hoy a clases niña? Entramos hace 5 minutos y aún no llegas, - Expreso de forma divertida.

- ¿De verdad Emilia? Vaya, no lo había notado, estoy horrible, nisiquiera me bañe bien y tengo mucha hambre, no me dió tiempo de tomar un desayuno decente. Ayer no se a qué hora pero dormí muy tarde, ya estoy llegando.

Corrí por los pasillos y mi mochila se cayó al suelo -No seas así conmigo universo, lo que faltaba -Me agaché para recoger el montón de cosas al suelo, mis cuadernos, lapiceros, marcadores, mi maquillaje, iba contando todo y en eso me doy cuenta que deje en casa el trabajo que tenía que entregar el día de hoy - Mierda, estoy muerta - dije con asombro, rabia y ganas de vomitar el desayuno ficticio que comí.

La semana pasada, la profesora de historia nos ordenó realizar un tarea sobre la segunda guerra mundial, investigar a profundidad para redactar un ensayo, me esmere mucho, sin embargo recuerdo que lo deje en la mesita de noche, ¿Por qué rayos no coloqué el trabajo dentro de la mochila? -Tengo el hábito de hablar sola, así que note como unas chicas me miraron muy extraño al pasar por mi lado.

- Ridícula JAJA - Comento una de ellas, era Mary, una compañera de mi clase, alta, delgada con una gran cabellera, teñida por supuesto.  - No la odio, pero me cae tan mal, tan pesado, es horrible y tiene una personalidad del asco, pero no la odio claramente.

Entre al salón con la mayor vergüenza del mundo, y allí estaba mi maestra regañando a varios de mis compañeros por no traer el trabajo de historia. Yo por lo general era una de las buenas estudiantes de mi escuela, -Hoy se acabará mi reputación.
- Señorita, buenas tardes, ¿se puede saber por qué llega a esta hora y con esas fachas? - Dijo la maestra con mucho enojo, me dió la impresión de que se estaba desquitando conmigo.
Trate de explicarle todo lo que sucedió y además inventé una excusa, pero no funcionó, me mando a la dirección, me iba a pasar un reporte, tenis ganas de morir. Llegué y toque la puerta, en eso escucho un -adelante, era una voz masculina diferente, no era la del director.

- Hola, ¿Sabe dónde está el director? -dije con mucha vergüenza, el tipo allí sentado era tan atractivo, tenía unos ojos azules realmente hermosos.

- Salió por un momento señorita.... - Aslan, así es mi nombre - Sonrió tímidamente, aprovechó para acomodar un mechón de mi cabello de forma coqueta.

-¿Aslan? Que interesante nombre, - oh, exprese un poco confundida, -No me malinterpretes por favor - Se levantó y me relago una sonrisa, -Es muy hermoso su nombre, no debe ser tan común.

Somos uno y lo mismo◍•ᴗ•◍♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora