En Otra Vida

Hashirama Y Madara

—La siguiente llegará a la otra orilla -decía un chico de unos 12 años de cabello azabache y ojos ébano, mientras tenía una piedra en su mano.

Detrás del chico, alguien lanza una piedra, la cual rebota y logra llegar a la otra orilla sin problema.

—Deberías lanzarla un poco más alto para que logre llegar -habló el joven de cabello castaño y ojos ónix.

—¡Ya lo sé! Además ¿Quién eres?

—Por ahora, soy tu rival de lanzar piedras, Hashirama, mi apellido no necesitas saberlo.

—¿Hashirama, eh? ¡Fijate bien! Que ahora la mía llegará.

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—Hemos empatado en el combate -decía un cansado azabache, acostado en el suelo.

—Yo gané, soy el que sigue en pie -vociferó el castaño, pero al mismo tiempo le cayó una piedra en la cabeza, tirándolo al suelo.

—¿Qué decías de que no era empate? -se burló.

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—¿Pero que podemos hacer para cambiar? No sabemos que nos depara el futuro.

—Debemos aferrarnos a nuestros ideales y hacernos fuertes Hashirama.

—Hum, nadie ignoraría a la persona más fuerte.

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—Vaya, al parecer era verdad que no puedes orinar con alguien cerca -se burló el castaño, quien estaba a lado de un molesto azabache.

—¡Deja de mirarme!

—Así que es tu punto débil, vaya, incluso la tienes pequeña -carcajeo.

—¡Ven para poder lanzarte al río dónde orine! -espetó Madara, correteando a Hashirama quién no quería ese cruel castigo.

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Ambos clanes de los chicos, habían entrado en Guerra nuevamente, ya que Uchihas habían muerto en mano de los Senju y viceversa, simplemente esa amistad se transformó rápidamente en enemistad al saber a los clanes que pertenecían por parte de Madara, ya que Hashirama no quería esto, después de tanto al fin había conseguido que el azabache piense como él.

Pasaron años y los que una vez fueron amigos trataban de matarse en las Guerras, todo esto destrozaba él corazón de ambos jóvenes, ya que su amistad había sido muy profunda a pesar de haber durado poco tiempo.

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—Terminemos ya -dijo el castaño, mientras veía a Madara sosteniendo a su hermano Izuna, quien se encontraba herido- Si nuestros clanes se unen, nadie podrá hacernos frente.

—No te dejes engañar hermano -vociferó el azabache herido- Ellos han matado a muchos Uchiha -Madara miró a su alrededor, y antes de desaparecer, le dio una última mirada a su amigo.

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—Espera Tobirama -habló el Senju, viendo a su amigo que se encontraba en el suelo.

—¿Por qué hermano? ¡Es nuestra oportunidad!

—No le pongas un dedo encima -espetó, mirándolo con enojo.