El Diario De Un Amor

capítulo3

A Lucía le queda una sonrisa esperanzadora
mientras planean citas con Martín.
Mientras charlan ella va bajando e ir a comer del plato que dejó casi sin tocar en la cena.

Y entusiasmada y optimista largaba sonrisas inocentes mientras escuchaba a Martín.

Pero de repente su mirada se rebaja;
-yo quisiera que así fuera todo el tiempo, que tuviésemos estos planes por siempre, y vivir juntos, que el tiempo sea nuestro, y que seamos libres de hacerlo siempre

*Martín toma silencio:*

-¿y a vos, no te gustaría?

-a mi me encantaría, pero no estamos en esa situación, y ya dejé de soñar con los ojos abiertos
la realidad me golpea con el tiempo, cada segundo que pasa se que es más propenso a que te vayas.

*Lucía deprime su rostro inmediatamente:*
-yo sé que no es fácil, para ninguno de los dos, pero necesito disfrutarte lo más que pueda hasta el límite, por favor, no mal gastemos el tiempo y vamos a hacer lo que se pueda hacer, quiero que hagamos algo.

- ¿qué querés hacer?

-Quiero que hagamos el amor.

*Martín exhala un rasgo sorprendido y sonríe, pero cruza inmediatamente lu labio al lado izquierdo*

- a mi me encantaría, sabes que deceo mucho que lo hagamos, pero no quiero que sea porque sólo querés satisfacerme, o porque te vas, esperamos mucho para esto, y no quiero que sea posible simplemente porque te vas y no nos vamos a ver por años.

-no amor, no es así, yo quiero hacerlo.
No me sentía preparada, pero sinceramente quiero hacerlo antes de irme, no me voy a ir sin haberte podido disfrutar todo lo que quise hacerlo.

*Martin sonríe:*

-esta bien, pero, ¿estás segura que no es por presión?

-estoy muy segura.

Lucía y Martín quedaron hablando hasta las tres de la mañana, cuando sin querer una respiración elevada le da saber a Martín que Lucía se había quedado dormida, sonrió, y el también intentó dormir sin cortar la llamada.

Al amanecer de las siete de la mañana, un color anaranjado iba tocando el vidrio de la ventana de Lucía, ella semi consciente escucha una respiración y abre los ojos al alarmarse, y no podía entender de dónde venía, cuando toma su celular se da cuenta que la llamada seguía y que era Martín dormido.
Lucia se conmueve  y se tranquiliza.
Intentó seguir durmiendo.

Al transcurrir las ocho de la mañana el sol topaba el rostro de Lucía, dándole un despertar de a poco.

estira sus piernas y tras ello su cuello hacia la izquierda, y luego sus brazos, cómo si intentara agrandarse
.
Luego toma su celular y ve que la llamada aún continuaba ahí, marcaban las siete horas de llamada y ella vuelve a sonreír, comienza a hablar;

-amor, amor, amor.... mi amor

El rostro de Martín también estaba colmado de la luz del amanecer, y comienza a escucharla de a poco y aún más y más.
Abre sus ojos y comienza a pensar que está loco, pero ve su celular boca arriba y nota que el sonido venía de ahí, cuando lo prende se da cuenta que es Lucía.

-¿amor? La llamada sigue.

*Lucía sonriente larga una carcajada baja:*
-si mi amor, me quedé dormida

-si, lo noté

-buenos días.

*Martín queda mirando el techo mientras se ríe:* -buenos días mi amor.

-¿qué tal si nos levantamos y arrancamos el día?

-me parece una buena idea, levántate y veni a acostarte conmigo

*Lucia se intimida:*
-bueno, voy yendo entonces

-te espero.

-dale tonto que tenemos muchas cosas para hacer

-a si, tenés razón.  Hoy tengo que verme con una chica

-a ¿sí? ¿Y quién es esa chica se puede saber?

-es una de por ahí, una que tengo enamorada

-¿a si?

-mjmm

-te odio

-y yo te amo

*Quedó un único silencio cómodo*
en el que los dos sonrieron, tuvieron que levantarse y comenzar su día para poder hacer los planes que tenían en mente disfrutar juntos.