1. Una Clase Interesante

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Capítulo Primero: Una Clase Interesante

Literatura.

Es ya el último modulo del primer día de clase después de vacaciones de Navidad y, ¡Wow!,  no puedo esperar a que comience (nótese el sarcasmo). El profesor que da esta asignatura, Sr. Finch, es el más aburrido que alguna vez me haya dado clase. Basta con que nos salude perezosamente al entrar al salón para  que la mitad del grupo se adormezca en su asiento y para hacerlo menos interesante, los libros vistos en clase son increíblemente aburridos. Bueno, eso es lo que yo pienso. Digamos que soy más del género “romántico”. Literatura Inglesa, vampiros cursis, 50 Shades of Grey.  He leído otras cosas, por supuesto pero… en el fondo, soy muy cursi, no puedo mentir.

Pero entonces no es el profesor Finch quien entra por la puerta. Ese ciertamente no es Finch.

Primero que nada, se nota que  es nuevo por qué esta sonriendo… y ¡qué sonrisa tan encantadora!

Eso me lleva a notar el resto. Alto y delgado, no muy musculoso. De tez blanca, cabello castaño oscuro, un poco largo. De andar extremadamente elegante, considerando el porte desgarbado y estresado que usualmente tiene un profesor.

Y sus ojos.

 Casi completamente negros. Es la mirada más intensa que he visto en toda mi vida. Decir que es “penetrante” es quedarse corto. Tiene que ser el hombre más devastadoramente apuesto que he visto en toda mi vida.

Inspecciona al grupo con una expresión de divertida ironía y de repente sus ojos encuentran los míos y cortésmente me dedica la sonrisa más sensual que alguien me haya dado. Me sonrojo, lo cual no pasa frecuentemente. Probablemente su propósito no era sonreírme sensualmente pero eso es lo que mi hiperventilación y yo vimos.

Dejando su tasa de café y su portafolio en el desvencijado escritorio se voltea y, con una preciosa caligrafía, escribe en el pizarrón:

Lic. Benjamin Thomas Barnes

<<”Benjamin”… me pregunto si le gusta que le llamen “Ben”>>  pienso distraídamente.

Dando un breve vistazo al asiento de al lado me entristezco un poco. Mi mejor amiga Olie había llegado de Las Bahamas la noche anterior y ya se me hacía lo más probable que no viniera a la escuela. Aun así me hubiera gustado que estuviera aquí, probablemente, ella estaría morboseando al nuevo profesor. Así que hoy solo somos Maggie y yo. Ella llegó hace un año de Glasgow y tiene un acento bastante curioso por lo que muchos le hacían burla al principio. Es dulce y tímida pero vaya que es bonita, sin embargo, como usualmente pasa con las chicas secretamente muy bonitas, no le presta mucha atención a su apariencia. Es pelirroja y su tez pálida se ha bronceado un poco desde que vive aquí.

- Vas a inundar el salón si no dejas de babear. - susurra Maggie cerca de mi oreja.

Forzándome a quitar los ojos de del nuevo profesor quien ahora está pidiendo nuestra atención, le alzo una ceja a Maggie como diciendo: “no me jodas”. Ella suelta una risita y ambas volteamos de nuevo hacia Don Sí-soy-un-profesor-extremadamente-caliente quien ahora está recargado en la parte frontal del escritorio con los brazos cruzados, viéndonos a todos atentamente.

- Buenas tardes, chicos. - dice recio aunque su voz suena suave y persuasiva – Ahí tienen mi nombre. Sé que se acostumbra llamar a los maestros “Señor” o “Profesor” pero me sentiría más cómodo si simplemente me llamaran “Ben”.

<<Ja, já! Entonces si le gusta que le llamen “Ben”. Mmm, informalidades. Me gusta. >>

- Pero, bueno, lo dejo a su criterio… - continúa y le hace una seña a Jessica para que haga silencio cuando ella se apresura a levantar la mano. 

De literatura, sexo y otros demonios (Ben Barnes Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora