No sabe exactamente cuando formo consciencia. Pero al despertar una luz blanca la deslumbró y de repente se encontraba flotando en la nada.
En este mundo blanco solo ella existe...
Cabello dorado revolotea a su alrededor
Sin consciencia de tiempo, sin conocimiento de soledad, sin saber que todo aqui se mueve a su voluntad. Un cierto tiempo -del cual ella no es consciente- decidió moverse.
La superficie blanca que se formo bajos sus pies era lisa, era la primera vez que sentia esta sensación.
Ojos curiosos, llenos de inocencia y calides, contempló su primer interes, caminar.
El primer paso fue con extremo cuidado, no sabía lo que iva a suceder.
El segundo paso fue con más confianza, y sin percatarse ya se encontraba abansado si rumbo fijo.
Dando saltitos tras saltitos se sentía feliz.
ESTÁS LEYENDO
El nacimiento de una Diosa: La pequeña luz solitaria
FantasyTodos tienen un comienzo y este es el su yo Pequeña e ingenua, avanza en su camino Ludesa inicia...
