Al alfa que conocí en París | YOONMIN

Al alfa que conocí en París

La sala del pequeño departamento está iluminada por la luz de la luna que entra por la ventana. Park Jimin está acostado en el sofá, teléfono en mano a la espera de que publiquen los resultados de la audición que hizo semanas atrás.

Se siente más nervioso que nunca, está seguro de que esa ocasión lo hizo mejor que las anteriores, cree que por fin volverá a poner un pie en el escenario de manera profesional. Le gusta su trabajo como maestro de arte en un kínder, pero es momento de regresar al teatro.

Un ruido en la habitación principal lo saca de sus pensamientos, a Nahyun, su hija, le ha dado por despertar en la madrugada con ganas de comer. Jimin se levanta a revisar que todo esté bien, la cachorra duerme plácidamente con su peluche de pollito entre sus bracitos. Sonríe ante la imagen y se permite unos momentos para observarla.

Elegir tener una hija siendo un omega sin pareja fue una decisión difícil, tuvo que cambiar sus planes de vida drásticamente y aunque a veces siente un poco de arrepentimiento, es completamente feliz con su decisión. Sin embargo, en los momentos de soledad, donde no puede fingirse a sí mismo, reconoce que le hubiera gustado seguir en contacto con el alfa padre de su hija. Su cuerpo todavía lo extraña.

Seguro de que Nahyun no va a despertar, Jimin regresa al sofá, la página de los resultados continúa sin actualizarse y se siente desesperado.

Sin darse cuenta, de pronto está viendo videos en tiktok, descargó la aplicación porque Nahyun estuvo un poco obsesionada después de una tarde en que Taehyung la cuidó. Jimin no puede evitar sonreír con nostalgia al ver videos de omegas y betas recordando sus experiencias que parecen de sexo casual que terminaron con cachorros.

Abochornado por los recuerdos de una noche hace cuatro años piensa que tal vez debería grabarse. Tal vez podría encontrar al alfa que conoció en una fiesta de disfraces en París.

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Min Yoongi despierta por el incesante sonido de su celular. Mira la pantalla y gruñe, tiene 15 llamadas perdidas de Seokjin, su manager y mejor amigo, más de 100 mensajes y un sinfín de notificaciones en las redes sociales. Lo que sea que haya hecho puede esperar hasta después del almuerzo. Apaga el teléfono e intenta conciliar el sueño nuevamente.

El gusto le dura poco porque el timbre de su departamento no deja de sonar. Sabe que es Jin. Con pesar se levanta de la cama y se dirige a la puerta, el omega lo mira molesto y entra de prisa. —Min Yoongi, el alfa que no puede quedarse fuera de la farándula. —El nombrado lo mira confundido. Jin al darse cuenta de lo que pasa suspira y se deja caer en el sillón. —Y ni siquiera tienes idea de lo que está pasando.

Jin lo ve dirigirse a la cocina a preparar té. Yoongi regresa a la sala con dos tazas y se sienta frente al mayor para escuchar lo que sucede. Al parecer en la madrugada un omega subió un video dando a entender que tiene una hija con Yoongi. No es la única persona que ha hecho algo similar, —Sin embargo, este omega tiene una foto contigo que nadie había visto y que coincide con la fiesta de disfraces a la que fuiste en París hace cuatro años. —Explica Jin.

Yoongi recuerda esa fiesta, en esos cuatro años ha pensado mucho en París, en esa noche y en el omega que conoció. —Enséñame el video —Seokjin lo mira extrañado y le pasa su celular. Yoongi cree que está soñando al ver en la pantalla la cara del omega, su omega. Sonríe al ver la foto donde ambos se dieron cuenta de que tenían los disfraces más simples de toda la fiesta. La sonrisa sigue en su rostro al ver a la tierna niñita.

—¿Algo que decir, Yoongi? —El aludido le regresa su teléfono al mayor y le sonríe —Conozco al omega y sí, me acosté con él en París.

—No me jodas.