Capítulo 4 •

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El no es tan malo como lo creía...

- pensé con una pequeña sonrisa.

- ¿Aún te duele? - dijo el Jefe con una mirada sería

- Un poco - dije mirándolo

- Entonces me voy -dijo para luego dirigirse a la puerta.

- NO! N-No espera, no me dejes solo - dije ya con mis ojos cristalizados, aún tenía miedo que ese estúpido viniera de nuevo, pero por una extraña razón no tenía miedo de el.

- Que demonios?! -dijo cuando lo agarre del brazo

- No me toques -me volvió a decir con la mirada fría

- No me dejes, el puede volver.

- Ja! es la misma mierda si me quedo, no crees? -me dijo con una pequeña sonrisa

Me puse a pensar unos cuantos segundos en sus palabras, como puede ser que el culpable de esto y mis heridas, sienta que no me va a hacer daño?

Vi como empezó a caminar de nuevo a la salida y entonces hablé.

- No

- Que? - vi como se voltio un poco irritado sobre este asunto

- No es lo mismo

- Me estas jodiendo? -dijo con una sonrisa

- Tu me ayudaste - mierda ¿Por qué me siento seguro en esto?

Después de decir esas palabras el me apoyo en el colchón en un movimiento rápido.

- ¿Estás seguro? -dijo mientras tenía una de sus manos agarrando mis dos muñecas que estaban encima de mi cabeza

- Q-Que haces? -sentía mi corazón acelerar

- Lo que no sería capas de hacer -dijo para luego acercarse más a mí

Su respiración estaba muy cerca de mi cuello. No me besaba ni tampoco me tocaba además de mis manos para que no me moviera.

Recorría mi cuerpo con toda su mirada.

Se movió un poco hacia mi haciendo que sus labios rosen mi cuello, pero..

No me hacía sentir incómodo

Me sentía bien con el

A pesar de las heridas que le hizo, como si él no hubiera sido el culpable de ellas.

Antes de que se volviera a acercar más a mí dijo.

- No me voy a acostar ni mucho menos tocar a un mocoso como tú, yo no soy como esos viejos enfermos

- ¿Que?

- Te tienes que acostumbrar que está va a ser tu nueva vida, y vas a ver varios desconocidos que van a querer estar dentro de ti -dijo parándose

- No yo no puedo, no me pueden hacer eso

- Está bien, déjame te ayudo -dijo estirando su mano

- ¿En serio? - dijo agarrando su mano, pensando que me Hiba a ayudar a pararme

- No. -dijo soltando su agarre haciéndome caer de nuevo en ese colchón- no seas estúpido e idiota ¿Qué pensaste que te Hiba a ayudar? -dijo lo último para después soltar una pequeña risa sarcástica

Me quedé callado, no sabía que decir.

- Pero soy un chico -era lo único que salió de mi boca

SÍNDROME DE ESTOCOLMO [OFFGUN] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora