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20 de Agosto, 2020.

Estimado diario, guardián de mi mente y corazón, hoy me siento verdaderamente confundida, perdida y sumamente desesperada. Jamás pensé que mi vida estaría tan cerca de un suicidio social, pues perdí el control como nunca lo hice, mis estribos huyeron y se ahogaron en la sangre del gran Titán. También descubrí que mi propio cuerpo puede traicionarme de la manera en la que no sucedió antes, el alcohol no jugó a mi favor.

Cabe destacar que no he sido la única culpable de tal cataclismo, pues sus ojos ámbar, su mirada penetrante y sus manos en mi cintura fueron los grandes detonantes, me lancé al abismo y lentamente me derretí en ella [...]

Habían pasado ya algunos días desde que Amity había decidido invitar a Luz al baile del Grom, sin embargo, el pánico la volvía inmóvil cada vez que estaba cerca de lograrlo.

«Demonios, Blight. ¿Cómo es posible que no puedas hacerlo? ¿¡Cómo puede consumirte tanto el temor!?»  La voz dentro su cabeza la humillaba constantemente ante sus fallos mientras luchaba por ignorarla, pero otra parte de su cerebro aún se encontraba en pánico. El miedo a ser rechazada y parecer una idiota, una que se enamoró tan fácilmente y la volvió insegura.

«Por favor, no estoy enamorada. Solo seriamos un par de muy buenas amigas en busca de diversión, buscando pasar un buen rato y disfrutar el momento... ¿O no?» Vueltas y vueltas solo hacían que ésta perdiera aún más el rumbo. Fallo tras fallo parecían haber causado que el gran día llegara antes de lo previsto.

Ser nombrada reina del baile fue la gota que derramó el vaso mientras ella se ahogaba en el fondo. Su prometido se había esfumado, ser expuesta frente a todo Hexside, sus sentimientos, emociones y sus más grandes miedos al desnudo.

 «Hasta que su voz llegó a mis oídos».

—Amity Blight, yo tomaré tu lugar. Me enfrentaré al Grom y seré tu heroína— Sentía que no era verdad lo que sucedía, quizá solo estaba bromeando. —Seré tu valiente campeona— «Joder no bromeaba, no lo había imaginado».

La morena cumplió juramento, siendo la nueva reina. Aún que las cosas no salieron bien durante el enfrentamiento, cuando aquel monstruo encontró el talón de Aquiles de aquella latina.

«Pero esa historia ya la conocemos».

Tras vencer al monstruo Grometheus y ambas convertirse en reinas, el baile en su honor retomó su meta; festejo y diversión. El salón se veía solo iluminado por el Snaggleback, mientras giraba sobre su eje aún pendiendo del techo. Gus y King,  los encargados de mantener el buen ambiente en el lugar, jamás perdieron las riendas de su trabajo. En el centro de la pista, cuerpos danzantes y sudorosos chocando entre sí al ritmo de la música. Amity lograba sentir a lo largo de su ser las fuertes vibraciones de la persecución y bajos, mientras su cuerpo se volvía sumamente cálido. El éxtasis que la rodeaba quizá se le había contagiado, eso o el obvio sabor a licor en el ponche justo después que Eda estuviera cerca de la mesa de postres.

Ante los ojos de la morocha, Luz parecía disfrutar demasiado de su compañía y sus buenos pasos de baile, el notorio rubor en sus mejillas causados por la temperatura e incansable danza. Esquivar miradas, mantener al margen sus banalidades y lucir su habitual semblante altanero no era cosa sencilla, sin embargo,  el tiempo hizo de las suyas condenando al baile a llegar a su fin.

—¡Uf! Sí que fue una gran noche— Comentó la morena, ahora dándole un gran sorbo al ponche. —Desearía que no terminara aún—.

—¿De verdad te divertiste tanto?— Lanzó sin pensarlo —¡Quiero decir! yo también me divertí mucho—.

—¡Claro que lo hice! Sobre todo por la gran compañía que tuve!—.

One shot: 7 minutosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora