₁실패한 시도 | Failed attempt

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Una niña de no mas de seis años se encontraba sentada frente al espejo de pie del cuarto de sus, ahora padres, mirando su reflejo, observando aquel cabello blanco como la nieve y esos ojos ambarinos

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Una niña de no mas de seis años se encontraba sentada frente al espejo de pie del cuarto de sus, ahora padres, mirando su reflejo, observando aquel cabello blanco como la nieve y esos ojos ambarinos.

─  Entonces reencarne, justo como sucede en los manhwas ─ dijo cruzada de brazos pero rapidamente y cubrio su rostro con sus pequeñas manos ─ ¿Porque me sucedió esto a mi? ─ lamento. Y de repente comenzó a refregarse los ojos, tratando de quitar aquellas lagrimas que empezaban a salir de sus ojitos pero se dio por vencida y simplemente dejo que salieran.

─ Y-yo .. solo quiero ver a mama y a papa ..─ decía entre sollozos, abrazandose a si misma y se vio en el espejo, mirando como aquellas lagrimas caían por su infantil rostro.

Yo no pedí esto, solo intentaba ayudar a aquel niño pero no quería morir y que pasara esto, simplemente quería que no le sucediera nada pero termine aqui, pensó la niña aun mirándose en el reflejo del desgastado espejo, que debajo de sus ojos quedo un ligero color rojo, debido a las lagrimas y a que se refrego constantemente los ojos. Escucho como alguien caminaba hacia la habitación en la que se encontraba, por lo limpio sus lagrimas y  justo en el momento exacto en el que termino se abrio la puerta bruscamente, mostrando a una mujer pelinegra, con unos ojos verdes, algo mayor.

─ ¡Dana! ¿Que haces aqui? ─ pregunto la mujer acercándose hacia la nombrada sosteniendo un trapo.

─ ¿Hm? S-solo .. acomodaba lo que desordene antes, madre ─ respondió nerviosa y la contraria solo atino a suspirar y negar con la cabeza.

─ Necesito que me hagas un favor, puedes hacerlo, no? ─ 

─ S-si .. ─ respondió mirando al suelo, nerviosa. No quería que la mujer viera que estuvo llorando y la empezara a interrogar.

La ojiverde le extendió aquel trapo y espero a que la menor levantara la mirada del suelo y lo agarrara pero cuando lo hizo, solo la miro confundida.

─ Agarra el trapo querida, no muerde ─

─ A-ah, si! ─ respondió y agarro aquel pedazo tela vieja, la miro y creía que la haría limpiar la cocina o algo asi pero estaba equivocada.

─ Estamos algo cortos de personal por lo que necesito que limpies los jarrones y mesas del primer piso   ─

─  ¿Y luego de eso?  ─

─   Vienes aqui y te daré unos dulces como paga ─ le dijo con simpleza, la menor la miro con los ojos brillosos.

¡No probe nada dulce desde que llegue aqui!  Ademas asi podre saber donde estoy, ¡es mi oportunidad!, pensó la albina con determinación.

─ ¡Lo hare!  ─ respondió emocionada, la mayor la miro con extrañeza pero dejo salir un ultimo suspiro para dirigirse a la puerta, siendo seguida por la menor.

(...)

─ Bien aqui es  ─ hablo la pelinegra, señalando las escaleras que llevaban al primer piso de aquella mansión.

─ ¡Wow! Que increible .. ─ susurro mirando asombrada aquellas elegantes escaleras.

La mujer soltó una leve risa,se arrodillo a la altura de la menor y le dio un beso en la frente para separarse y apoyar sus maltratadas manos en las suaves mejillas de la menor

─ Gracias cariño, estoy muy contenta con tu ayuda ─ susurro y se levanto del suelo, separándose para poder verla a los ojos.

─  Mira de dejar todo limpio, sin un rastro de mugre ¿de acuerdo? ─ La peliblanca asintió en respuesta. La mujer levanto la mano en señal de despedida y sin esperar una respuesta por parte de la pequeña, se retiro, dejándola sola en la inmensidad de la mansión.

─ ¿Desde cuando ella hace eso? Aunque se sintió bien, me recuerda cuando mama lo hacia ─ soltó una risita y se dirigió hacia las escaleras y comenzó a subirlas, agarrándose del borde. Cuando llego al final, observo hacia los costados y vio unos largos pasillos decorados con cuadros costosos, plantas y mesitas decorativas.

─ ¡Wow! ¡Esta muy bien decorado! ─ exclamó aunque luego se arrepintió y dirigió sus ambas manos a su boca, cubriendola.

─  No te olvides que puede estar el dueño de la mansión aqui, Kim ─ susurro y miro de nuevo aquellos pasillos.


─ ¿Con cual comienzo? ─ Miro ambos pasillos y con los ojos cerrado eligió el de la derecha.

─ ¡Te elijo a ti! ─ dijo con una sonrisa y se dirigió hacia el pasillo de la derecha con una sonrisa. Y comenzó su trabajo, empezo a limpiar una mesa con aquel trapo.

─ Mm .. esta muy limpio, no le veo sentido a que yo lo limpie ─ dijo con confusión pero se dio cuenta de algo, habia olvidado la razon principal por la cual estaba hay, averiguar en donde estaba. Por supuesto que sabia que estaba en una época donde no habia tecnología ni ciencia avanzada pero no sabia en donde estaba, nada en cuanto a posición geográfica.

─ Como pude olvidar algo asi .. ─ suspiro con frustación, dejo la tela en la mesa que recien habia limpiado y se acerco a una gran ventana que habia frente donde habia estado limpiado.

─ Que gran patio .. ─ susurro asombrada y es que no era para menos, aquel cuidado jardín estaba lleno de flores de distintos tipos que lo llenaban de vida y la luz del sol tambien hacia de la suyas y lo hacia aun más brillante pero habia algo que destacaba de aquel patio una cabellera pelirroja jugando con lo qur parecía ser un perro, suspiro decepcionada por no haber encontrado algo significativo. Cuando estaba por alejarse del ventanal, vio una ultima vez el jardín pero la diferencia estaba en que aquel niño estaba mirando en su dirección.

─ Instinto arácnido .. ─ susurro y noto que el niño tenia los ojos de color verde, al igual que aquella mujer y la miraban con curiosidad, la señalo con su dedo y sonrió, pudo ver que movió la boca como si estuviera hablando pero desde donde estaba no lo podía oir. Sin mas se alejo del cristal y simplemente siguió con su trabajo, esperando que alguna del resto de las ventanas sea el frente.

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𝐀𝐧𝐠𝐞𝐥 ── LA MADRASTRA DE MERCHEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora