14 años.

2.3K 275 35
                                    

Luke se encontraba en el hospital después de haberse aventado del segundo piso de su escuela, golpes y moretones cubrían todo su cuerpo, y Luke había estado dormido dos días seguidos.

-¿Luke?- Pronunció Ashton, sabía que el rubio, no le respondería, sabía que estaba dormido, pero extrañaba escuchar su voz y su sarcasmo. -Te extraño Luke.

Ashton se acercó un poco hacia la camilla donde reposaba Luke.

-¿Puedes oír me?

Luke no hizo ningún gesto, ninguna señal.

El castaño se sentó a un lado de su camilla y observó el atuendo con el que estaba vestido, una bata de hospital de un color horrible, sí Luke estuviera despierto hubiera demandado al que hizo aquella horrible bata.

En una de sus manos había un yeso enorme el cual estaba firmado por algunos de sus compañeros que lo habían ido a visitar, mensajes amigables y de apoyo, y Ashton sonrió, pensando en que Luke diría que todos son unos hipócritas, jamás le hablaban y ahora le escribían mensajes tiernos sólo por haber tenido un accidente.

La madre de Luke le había dicho a Ashton que no podía pasar, pero él había insistido, quería ver con sus propios ojos a su mejor amigo.

Y todo lo que veía era dolor.

Sabía que todos se preguntaban porque Luke había hecho algo como saltar, pero Ashton no se había preguntado nada, conocía a Luke, lo conocía perfectamente, conocía todo de el.

Sabía que Luke odiaba tener aquel trastorno, que sufría y le hacía mal, que hacía locuras, cambiaba de ánimo, era impulsivo, y aún así lo quería muchísimo.

A veces se preguntaba si era algo más que cariño.

Miró fijamente el rostro de Luke, era hermoso, y lo hizo sin pensar.

Lo beso.

Borderline | lashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora