Capitulo 4: Cascada.

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El bosque esa mañana estaba hermoso, el día anterior había caído una pequeña lluvia por la tarde y ese día todo brillaba por la humedad y las gotas de rocío que estaban sobre las hojas de las plantas.

Ya habían pasado un par de días desde la primera vez que cocinó para los demás, había hecho más cosas, y estaba enseñando a los otros curiosos como hacer la comida.

Izuku quería hacer un huerto con las semillas de las verduras que se encontraba, pero necesitaba arreglar un espacio para eso, sin embargo, ese día no se podría, pues desde temprano y después de desayunar.

Katsuki lo había tomado del brazo y lo había internado al bosque, llevaban rato caminando e Izuku no sabía hacia donde, tampoco era como si le pudiera preguntar, estaba seguro que no le iba a entender nada.

Así que solo se dejaba llevar, habían llegado al río e iban corriente arriba.  Después de un par de horas habían llegado lo que era una gran cascada, era más de medio día en Izuku estaba cansado de tanto andar.

—¿Me has traído a éste lugar para ver la cascada?- Izuku pregunto y miró al rubio quien sólo le sonrió levemente, quería poder hablarle y que le entendiera.

El pecoso suspiró por eso, se acercó al orilla del agua, había como un pequeño lago y la cascada tenía más o menos unos diez metros.

—Estos es muy... ¡ah!- el pecoso chilló cuando fue empujado al agua, no hacía falta averiguar quién había sido.— ¡No hagas eso de repente!

Izuku agitó sus brazos molesto, toda su ropa se había mojado, el rubio solo se reía de el, era malo, el pecoso no pudo evitar hacer un puchero por eso.

El Omega vió como el rubio se sacaba los collares y la botas de piel antes de tirarse al agua también, cuando salió a la superficie se sacudió sacando agua por todas partes, le miró con esos ojos rubí y sonrió perversamente.

—Oh ouh.- Izuku trató de nadar a la orilla lo más rápido posible, pero el rubio lo jaló hacia el centro del lago para mojarlo más.

El pecoso no podía hacer nada, su fuerza de Omega no se comparaba a la fuerza bruta de un alfa. Pasaron bastante tiempo en el agua, Izuku chapoteaba agua hacia el rubio y al revés, aunque el pecoso era quien perdía la mayor parte del tiempo.

Después cuando el estómago del pecoso sonó por hambre salieron del agua y Katsuki fue a traer un par de peces, mientras que el pecoso los arreglaba el alfa encendía el fuego.

Izuku estaba mojado aún en ese momento, pero el calor del fuego lo mantenía calentito así que no le importaba mucho, no había muchas cosas con que arreglar los peces así que solo le tocó cocinarlos sobre el fuego atravesados con una rama. 

—Toma, el primero es para ti.- el Omega había agarrado el primer pez que ya estaba asado y se lo ofreció al rubio, quien lo tomó gustosamente y empezó a comer tranquilo, Izuku también agarró el suyo ya asado para comer.

El sol ya se estaba ocultando, y el cielo era alumbrado de colores naranja, se preguntaba a qué horas iban a volver con los demás, ¿Volverían de noche?

La respuesta a eso le llegó al pecoso después de comer, pues el rubio lo había llevado a una parte al lado de la cascada que no habían ido, o que él no había visto.

Había una carpa hecha con pieles, se miraba lo suficientemente grande como para dos personas, o quizás una más.

—¡Oh ya veo, nos quedaremos a dormir aquí hoy!- Izuku chilló feliz, el rubio se había tomado la molestía de llevarlo a un lindo lugar, pasar el día con el y tener un sitio ya arreglado para dormir.

King. (Katsudeku./Omegaverse.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora