Roommates ✧ YoonTae

Capítulo 8: Poco a poco

Finalmente YoonGi pudo sentir cómo aquellas manos volvían estar sobre su piel desnuda, provocándole pequeñas sensaciones eléctricas al sentir su tacto mientras acariciaban su piel.

YoonGi estaba sobre TaeHyung mientras seguía besándolo, sin deseo alguno de querer parar. Las manos de TaeHyung habían agarrado la espalda de YoonGi bajo su camisa, alzándola, acariciando su piel. Y YoonGi se sentía en el mismísimo paraíso, al sentir el cuerpo de TaeHyung debajo de él, totalmente deseoso y excitado. Y todo era debido a YoonGi, a nadie más.

Y YoonGi estaba tan ansioso y al mismo tiempo tan nervioso al estar así en aquella posición con TaeHyung, apresándolo contra el colchón. Se sentía irreal el poder estar en aquella situación.

Y no podía, no quería detenerse. Pero aún así una pequeña voz molesta en su cabeza le señalaba una pequeña alerta. En este momento YoonGi quería poseer aquel hermoso cuerpo que se encontraba a su merced, de verdad quería hacerlo. Pero, YoonGi nunca antes había estado de manera íntima con un chico. Ni siquiera había besado a alguno antes de TaeHyung. Y los nervios empezaron a inundarlo lentamente, mientras imaginaba escenarios en los que lastimaba a su Hyung. Y YoonGi no quería, no quería eso.

TaeHyung probablemente se dio cuenta de que la mente de YoonGi se encontraba en otra parte, por lo cual detuvo sus besos y apartó ligeramente su rostro, para encontrarse con la mirada perdida del menor.

—Yoonie... — murmuró, la voz ronca por la excitación anterior, la cuál no se había ido en realidad —... no tenemos que... hacer algo que no desees.

Y al parecer aquellas palabras jalaron a YoonGi hacia la realidad. Se inclinó nuevamente y dio cortos besos en aquellos esponjosos y dulces labios de manera repetida.

—TaeHyung, te deseo mucho. En verdad que si. Es sólo que... nunca antes he estado con un hombre. ¿Qué pasa si no te satisfago? ¿Y si te lastimo, Hyung? No... — hizo una pequeña pausa — no quiero lastimarte.

TaeHyung lo observaba, bajo él. Con ambas manos, acarició el rostro del menor, intentando calmarlo.

—Yoonie, estoy seguro de que eres la última persona que me lastimaría, enserio. Te tengo total confianza. Y es normal que te sientas nervioso, nunca has estado con un hombre antes y esto debe de ser algo raro para ti.

—No se siente raro Hyung, se siente fantástico — hizo énfasis en sus palabras palpando con su mano la erección vestida de TaeHyung, provocándole un gemido al susodicho —. Es sólo que... te deseo, si. Pero me gustaría ir poco a poco. Me gustaría que me guíes, para cuándo el momento llegue, podré saber exactamente qué hacer y cómo hacerlo.

Una comprensiva sonrisa iluminó el rostro de su Hyung, provocando que, como siempre, el corazón de YoonGi latiera más rápido de lo normal.

—Por supuesto Yoonie. Iremos poco a poco.

Pero aún tenían un par de erecciones y la excitación a flor de piel, por lo cual aquella conversación perdía algo de sentido en aquella situación actual.

—Sólo déjame ocuparme de esto... — murmuró YoonGi mientras palpaba nuevamente el miembro vestido de TaeHyung.

Empezó a masturbarlo lentamente por sobre la ropa, provocando que TaeHyung soltara un muy excitante gemido. Poco a poco, jaló el pantalón del mayor, bajándolo lo suficiente cómo para dejar su entrepierna libre.

Tocó nuevamente aquel miembro, esta vez por encima de fina tela de la ropa interior.

—Y-Y-oonie... a-ah... p-por fav-vor... —gemía el mayor.

Y cuando YoonGi liberó finalmente aquel miembro, bajó rápidamente su vista del rostro de su Hyung, observando con interés aquel pedazo de carne. Nunca antes le había parecido atractivo un pene, jamás. Pero el de TaeHyung era apetecible, hermoso y maravillosamente excitante a simple vista.

Retomó nuevamente sus caricias, masturbando el miembro de TaeHyung, esta vez sin nada de por medio. Y le encantaba, le encantaba hacer esto, le encantaba ver las expresiones placenteras que TaeHyung hacía, le encantaba escuchar aquellos hermosos gemidos.

Empezó a besar el cuello de TaeHyung, dejando pequeños mordiscos y chupetones, mientras incrementaba la velocidad ejercida por su mano.

—¡Y-YoonGi, me voy a-a correr...!

—Córrete bebé, hazlo para mí — gruñó YoonGi contra su piel, mordiendo con más fuerza aquella piel ahora enrojecida.

TaeHyung soltó un grito y se corrió finalmente, manchando su camiseta y parte de la mano de YoonGi con su semilla.

El rostro de TaeHyung corriéndose. YoonGi casi se viene también ante tal imagen. Nunca había visto una imagen tan excitante como aquella, y su adolorido pene estaba pidiendo a gritos ser atendido.

Pero en aquel momento, TaeHyung, intercambió sus lugares. Ahora era TaeHyung el que se encontraba sobre YoonGi, sentado sobre su regazo.

Jaló a YoonGi hacia él, instándolo a incorporarse. Sus labios se encontraron nuevamente, mientras TaeHyung dejaba al descubierto el gran e hinchado pene de YoonGi, empezándolo a masturbar lentamente, ahogando los gemidos y sonidos que el menor dejaba salir contra sus labios.

Siguieron así un rato, hasta que YoonGi dejó escapar un último gruñido y eyaculó en la mano de su Hyung, salpicando ambos cuerpos con blancas tiras de semen.

YoonGi besó nuevamente a TaeHyung, amando cada segundo de lo que acababan de hacer, amando el intenso placer que se habían dado entre ellos, amando la forma en la que su Hyung lo había hecho correrse tan duro.

—Te adoro, me encantas... — murmuraba YoonGi contra sus labios, jalándolo para que se acostara sobre su pecho.

Estaban pegajosos y manchados por sus esencias, pero no importaba, se limpiarían al rato, por el momento sólo querían besarse un poquito más, sólo un poquitín más.