Autor: Pamela Ceniceros
Género: Fantasía/Paranormal
Clasificaión: Apto para todo público.
Sinopsis:
Todos deseamos empezar de nuevo, todos quisiéramos una oportunidad más. Pues Katherina la obtuvo, pero primero tuvo que demostrar que tenía la fuerza para sobrevivir.
Katherina se enfrentará a una enemiga tan desconocida como rapaz; al dolor, a la tortura... Y encarará su pasado. Hará todo lo necesario para poder rescatar a su amor y rescatarse a sí misma.
Katherina y las dulces tinieblas, es la historia que todos quisiéramos vivir.**************************************
Capítulo 1
Tú no deberías estar aquí, cosas malas les pasan a las personas que llegan aquísin que sea necesario. Deja que te cuente acerca de una mujer: su nombre era Katherina.
Que se puede decir de la pobre Katherina, su vida más miserable no podía ser. De joven pensó que su mágica belleza le pondría el mundo a sus pies, pero su belleza fue devorada por hombres que solo la usaron como accesorio. La pobre Katherina terminó pobre, con un marido que no amaba, un hijo que le había robado la vida, cuidando a su madre enferma y a su anciana abuela. Su vida era una desgracia, sueños rotos y esperanzas en la basura era lo que la rodeaba.
Una noche terminando de lavar la ropa de la familia, Katherina estaba en el patio de atrás de su casa en medio de los tendedores cuando una extraña canción se oyó a lo lejos. Alcanzo a entender una sola frase: "Tomarnos de las manos no es suficiente".
-Ojala alguien me tomara de la mano y me llevara lejos de aquí -pensó en voz alta.
Entonces, con una taza de café en la mano, su esposo salió a vigilarla.
-¿Con quién hablas?
-Conmigo misma.
-¡Te volverás loca, Thina! -exclamó.
-Deja de llamarme así, no creo que sea tan difícil pronunciar mi nombre completo, ¿o sí?
-Termina rápido, ¿quieres? Queremos cenar.
El esposo de Katherina entró dando un portazo y dejándola sola de nuevo inmersa en sus anhelos que jamás convertiría en realidades. Entonces Katherina, sintiéndose más miserable de lo normal, miró al cielo en busca de un segundo de disociación cuando algo le llamo la atención: dos estrellas más grandes y brillantes que las demás. Katherina cerró los ojos, dejo caer la ropa al suelo y comenzó a dar vueltas como lo haría una niña pequeña. Después de varios segundos de girar en el mismo lugar sonrió y abrió los ojos, mas ya no estaba en el patio de su casa; estaba en un lugar oscuro, no podía ver más allá de su mano pues todo era tinieblas y sin saber cómo se había perdido, comenzó a sentir miedo. De repente, a lo lejos, vio una pequeña flama que se acercaba despacio.
La llama provenía de una pequeña tea que portaba un hombre de ropas negras y endemoniados ojos verdes que resplandecían con el fulgor del fuego que portaba. Katherina no supo porque, pero se sintió un poco menos temerosa y más curiosa acerca de este hombre y del lugar donde estaba.
-¿Qué haces aquí?
-No lo sé.
El hombre con la tea en la mano se le acercó un poco más para examinarla con la vista y después de dar una par de vueltas alrededor de Katherina le dijo, asombrado.
-Estás viva.
-Creo que sí.
«Si lo que vivo se le puede llamar vida», pensó, mas no dijo nada más.
-Este no es lugar para vivos. Ven conmigo.
-Espera, ¿dónde estoy? ¿Quién eres tú?
-Mi nombre es Román. Soy un guardián de sombras. Ahora, ven conmigo, si nos quedamos aquí tu calor atraerá a otros guardianes y quizá ellos no se compadezcan de ti.
-Pero yo no vine aquí a propósito.
-Lo sé, nadie llega aquí a propósito. Ahora debes volver a tu plano.
Román con la flama de su tea abrió un portal, una especie de hoyo en el aire marcado con fuego violeta. Del otro lado de este, estaba el patio trasero de la casa de Katherina. Ella vio a aquel extraño ser y después miró ese agujero que la devolvería a su realidad. No sabía que era peor, un sitio de tinieblas y peligros o la miseria emocional en la que vivía día a día, pero aun así cruzo hacia el otro lado del portal.
-Mi nombre es Katherina, ¿te volveré a ver?
-Katherina... Qué bello nombre.
El portal comenzó a cerrarse despacio, llevándose aquel misterioso guardián de las sombras, que por un momento la hizo olvidad su infortunio, pero antes de que se cerrara por completo, Katherina le preguntó de nuevo.
-¿Te volveré a ver, Román?
-Todo puede suceder, Katherina, todo.
El agujero en el aire, así como se abrió, se cerró y Katherina regreso a su desabrida rutina; pero cada noche, miraba a las estrellas en busca de esas dos que brillaban con extraña intensidad.
Cerca de 5 años después, Katherina aún no olvidaba lo ocurrido. Ella jamás le contó nada a nadie. Una noche, siguiendo la misma rutina de siempre, Katherina salió a alimentar a sus cachorros. De repente, escuchó la misma canción que había oído aquella noche y de inmediato, sabiendo de quien se trataba, dijo en un susurro:
"Román".
-Katherina -Al escuchar su nombre reconoció al instante la voz que lo había pronunciado-. Las sombras te reclaman.
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Non-FictionSinopsis de nuestras historias. Letters and Letters. Editorial.