Prólogo

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Hay cosas que cambian para bien, y hay cosas que cambian para mal.

Hay personas que se marchan de tu vida por tu bien, y hay personas que se marchan de tu vida y terminas destrozado, sin ganas de vivir.

Solo se van, y no hay nada que puedas hacer al respecto.

Solo se van.


- ¿Almas gemelas?

- Almas gemelas.

- ¿Seguro?

- Seguro.

- ¿Y que sudecio entonces?

- Las almas gemelas no siempre pueden estar juntas.

- Ya veo ¿Cómo estás?

- De la mierda, gracias por preguntar.

- Claro, no hay de que.

Por un momento solo hubo silencio. Silencio nada incómodo. Silencio triste.

- Debo irme ¿Estarás bien?

- Claro.

- Bien. Lo –interrumpí–

- Si dices "lo siento" voy a golpearte, Cameron.

- Está bien. Entonces no lo siento.

- Jodete.

- Como digas.

Fue lo último que dijo antes de desaparecer de mi vista.

Y ahí me encontraba, bajo un árbol, esperando que por alguna razón un rayo le cayera a él y este cayera sobre mi, pero no fue así.

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