Petricor

capítulo 2 - Explosión

Otro día en la escuela.

Hoy debíamos empezar con el trabajo de química, y Erik no había llegado. Otra vez.

Siendo sincera, Erik no me agrada. Es irrespetuoso, irresponsable, impuntual, grosero, maleducado. En fin, no lo soporto.

La puerta se abrió lentamente, haciendo que todos voltearamos nuestras miradas hacia esta.

- Señor Sabathia, ¿Cuál es su excusa el día de hoy?

- Se me hizo tarde -contestó Erik apresuradamente-

- ¿En serio? -dijo con una pequeña risa sarcástica- Eso es evidente, jovencito.

-No volverá a suceder profesor, lo juro.

- Más le vale, entre, y a la próxima se queda afuera.

Todas las miradas seguían puestas sobre Erik, mientras el caminaba hacia el asiento vacío a mi lado.

- ¿Dónde estabas? -pregunté susurrando-

- ¡Me quedé dormido! -respondió de la misma forma-

- ¡Pon una alarma!

- ¡Lo hice! ¡No la escuché!

- ¿Espero a que terminen de hablar? -Dijó el profesor viéndonos.

Vaya, parece que no sirve de nada que susurremos. ¿Los profesores tienen algún tipo de super oido o algo así?

Erik y yo solo nos dimos una mirada rápida y nos callamos.

• •

-¿En qué estabas pensando? -pregunté mientras me sentaba con Erik en una mesa de la cafetería-

- ¡Yo que se! ¡No estaba pensando!

- Ah, tiene mucho sentido.

El profesor nos había dado instrucciones claras, "no pongan el líquido de este frasco en el matraz, puede salir disparado y ensuciar todo, y si pasa tendrán que limpiar ustedes"

Claro que lo primero que hizo Erik fue poner el líquido en el matraz, justamente cómo se le dijo que no hiciera.

- ¡Lo siento, Vilia! No fue a propósito.

Le reclamé por mínimo 10 minutos, hasta que llegaron Frida y Dani, mis amigos desde que tengo memoria.

- ¿Tu eres el que hizo la explosión en el laboratorio? -preguntó Daniel emocionado mirando a Erik, mientras se sentaba a mi lado-.

- Que rápido viajan los chismes aquí. No fue una explosión, solo se derramó -contestó Erik rodando los ojos-.

Después de unos 20 minutos, sonó la campana, indicando que debíamos volver a los salones. Era la última clase, y después Erik y yo tendríamos que quedarnos a limpiar el salón de química.

Creí que para eso estaba el conserje, pero viendolo desde otro lado, es justo ya que nosotros lo causamos. En fin.

Cuando terminaron las clases Erik y yo nos dirigimos al salón de artes. Con el líquido se mancho la pared, así que también tenemos que pintar el pedazo que se ensució, a eso vamos al salón de artes.

- ¿Qué te pasa hoy? -pregunté mirando a Erik-.

- ¿Qué me pasa, de que? -respondió-.

- Pues, durante la clase de química no pusiste atención, y llegaste tarde. Y en la clase de literatura estabas distraído, ¿Mala noche?

- No, no mala noche. Mala vida -contestó el con la mirada baja y un tono de desánimo-.

- ¿Qué? -pregunté-.