¿La vida de Natsuhiko se basaba en buscar novia? Sí, lamentablemente sí.
Por esa razón se encontraba en ese pequeño departamento, acosando a una cajera anciana para conseguir más consejos.- ¡Vieja! - gritaba desde la sala, sin importar qué ella estuviera a tan solo unos metros.
La pobre señora estaba tan cansada de estos comportamientos. Muchas veces lo reprimía por ser de esa manera, pero ese chico nunca iba a cambiar. Con esto en mente, sacudió su cabeza y dejo un plato con mandarinas sobre la mesa.
Natsu miro por varios segundos la fruta jugosa que estaba frente a él, parecía que analizaba algo con tanto cuidado que llegaba a dar miedo.
- Se parecen a Oni... - dijo con una pequeña sonrisa, solo pensar en ella lograba sacarle esa expresión.
- ¿Por qué le dices así? - preguntó su acompañante, lanzando un cojín que tenía a su costado.
El chico salió de su trance, mirando desconcertado a la anciana, tenía más fuerza de lo que se imaginaba.
- ¿Cómo que por qué? - dijo confundido, tomando un cacho de la fruta - Así es su apellido.
Volvió a recibir miradas molestas, pero también confundidas. No es muy normal encontrar personas con el apellido "Ogro" actualmente.
La señora se partió la cabeza tratando de entender por qué está chica era de esas pocas, y por qué su familia también. ¿Tendrá complicaciones con el significado de este? ¿Le quedará con su personalidad?... Hay algo más importante.- ¿Por qué pensaste en esa chica?
Su pregunta tan repentina no le cayó muy bien a Natsuhiko. Sorprender a los demás mientras comen nunca es buena idea.
Pasado su ahogó con esa "inofensiva" tira naranja, se puso a pensar el por qué lo hizo. Normalmente siempre la tenía en la mente, pero pensaba que era algo normal, las chicas lindas siempre rondan por su cabeza, aunque ninguna pasaba las dos semanas.
Para responder, solo se encogió en hombros, dejando su platito en la mesa.
- Bueno, ¿cuándo te irás de mi casa? - preguntó con molestia, la presencia de ese pelirrojo no era muy amigable.
El chico se levantó. Parecía un poco ofendido, aunque no sé podría decir si lo estaba o no.
- Bien, si quieres que lo haga, me voy.
Se apresuró a colocarse sus zapatos, listo para huir cuando la anciana se diera cuenta. Sintió alivio por el tiempo que tardo, hasta que las maldiciones se escucharon a sus espaldas.
- ¡Ya te he dicho que recojas tu maldito plato!
Natsuhiko solo la miro sonriendo, haciendo un gesto de despedida con la mano. Él también le había dicho que lo ayudara con algo, y ella no lo hizo. Era su venganza.
En lugar de ayudarlo le dejo otra duda: ¿Por qué piensa tanto en esa chica?
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❦︎ 𝘌𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳𝘢𝘳𝘴𝘦 𝘢 𝘭𝘢 𝘢𝘯𝘵𝘪𝘨𝘶𝘢 » ⁿᵃᵗˢᵘʰⁱᵏᵒ ʰʸᵘᵘᵍᵃ
Fanfiction𝖭𝖺𝗍𝗌𝗎𝗁𝗂𝗄𝗈, 𝗎𝗇 𝖼𝗁𝗂𝖼𝗈 𝖻𝖺𝗌𝗍𝖺𝗇𝗍𝖾 𝖼𝗈𝗊𝗎𝖾𝗍𝗈, 𝖾𝗌𝗍𝖺 𝗁𝖺𝗋𝗍𝗈 𝖽𝖾 𝗇𝗈 𝗌𝖾𝗋 𝖼𝗈𝗋𝗋𝖾𝗌𝗉𝗈𝗇𝖽𝗂𝖽𝗈 𝗉𝗈𝗋 𝗇𝗂𝗇𝗀𝗎𝗇𝖺 𝖼𝗁𝗂𝖼𝖺. 𝖯𝗈𝗌𝗂𝖻𝗅𝖾𝗆𝖾𝗇𝗍𝖾 𝖾𝗌𝗍𝗈 𝖼𝖺𝗆𝖻𝗂𝖾 𝗌𝗂 𝗌𝗎𝗌 𝗍𝖾𝖼𝗇𝗂𝖼𝖺𝗌 𝗍𝖺𝗆...