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Habían pasado tres días desde lo ocurrido, los hermanos se veían bastante mal, aunque tobirama parecía ser el más afectado de todo esto ya que no dejaba de echarse la culpa. A pesar de que tú y su hermano trataban de animarlo nada parecía funcionar.
Te encontrabas acomodando unos papeles no te encontrabas sola el chico de la empresa uchiha también estaba contigo. Se notaba algo triste lo que ya te podías imaginar porque, aunque querías decirle algo las palabras no salían, por lo que mejor decidiste quedarte cayada y seguir con lo tuyo. Ya pasado algunos minutos aun seguías con aquel chico acomodando y llenando algunos papales, una llamada te hizo sobre saltar.
—Saben dónde está... por favor díganme que no irán por su cuenta...— dijo preocupado —mierda... por favor shisui cuida de sasuke que no haga ninguna tontería y avísame de cualquier cosa—
...
—Creo que deberías de avisarle a hashirama y tobirama— te miro
—Q-que ...—
—Encontraron a Emma supongo que ellos deberían de saberlo y tú eres su asistente—
—S-si está bien... gracias— antes de irte este te entrego un papel
De inmediato saliste de aquella sala y fuiste directo a la oficina de tobirama. Al entrar este estaba recargado en él escritorio también su hermano se encuentran ahí
—Hay noticias de Emma— al pronunciar ese nombre ambos te miraron —la encontraron— le entregaste el papel que te había dado aquel chico
—Aquí esta ella...—
—Hermano no pensaras en ir o si—
—Tengo que ir fue mi culpa que le haya pasado eso—
Sin más este salió de la oficina. Te quedaste viendo a hashirama unos segundos, el realmente se veía bastante mal, se dejó caer en el sillón tomando su cabeza entre sus manos. Te sentaste a un lado de él y solo tocaste su hombro tratando de demostrarle apoyo, pero para sorpresa tuya este se recargo en tu hombro. Se quedaron así por unos minutos los cuales no fueron para nada incomodos
Segundos después había llegado la esposa de hashirama, tu solo mirabas preocupada no querías que malinterpretara la situación. Pero no fue así ella solo te dio una leve sonrisa la cual le devolviste. Te alejaste de hashirama y lo dejaste solo con su esposa, antes de que te fueras ella te había agradecido, pero no sabias por qué.
No hubo mucho que hacer durante el resto del día solo que entender llamadas y decir que en este momento no estaban dispuestos los directores, por otro lado, no sabias nada de tobirama ya casi era hora de salir y no había señales de el
Eso te estaba preocupando.
—T/N ya es tarde deberías de irte— dijo mito acariciando tu cabello
—Lo sé, pero quisiera saber si el señor tobirama se encuentra bien—
—Aún no sabemos nada de él, no contesta las llamadas, solo toca esperar. No te preocupes si hay noticias de él te llamare así que ve a casa yo me quedare a cuidar a hashirama—
—Está bien... y por favor usted también cuídese señorita, si necesita algo no dude en llamarme— hiciste una reverencia
...
Ibas caminando hacia tu departamento, aunque no tenías ganas de llegar, pero a donde más podías ir no conocías bastaste los lugares y podrías correr el riesgo de perderte. No tenías de otra
Aún faltaba bastante para llegar. Ibas ya algo inquieta pues desde hace rato iba un carro siguiéndote o eso pensabas tú, aceleraste un poco el paso y caminabas por donde había bastante gente. Miraste nuevamente hacia donde estaba el coche, ya no se estaban cerca por lo que suspiraste aliviada, aunque no duro mucho la tranquilidad pues alguien te había agarrado del brazo
—Tranquila soy yo— susurro
Sentiste una tranquilidad cuando escuchaste su voz
...
Estando en su casa te sentías un poco incomoda además de que no sabias como terminaron en su casa o el porque te trajo...
—Ya llamaste a tu hermano... él está muy preocupado por ti—
—Lo iba hacer, pero mi teléfono murió— dijo comenzando a quitar la corbata
—Puedo llamarlo con su teléfono de casa—
—Como quieras—
Se fue dejándote sola en la sala, miraste a tu alrededor tratando de buscar el teléfono. Una vez lo encontraste llamaste a hashirama y le contaste todo lo que sabias, este solo te agradeció y sugerido que te quedaras con él, cosa que dudaste si era buena idea, pero terminaste aceptando
—Puedes ponerte esto, aunque dudo que te llegue a quedar—
—Está bien gracias— sonreíste
—El baño esta por haya, puedes darte una ducha por mientras arreglare la habitación de invitados—
—No hace falta yo puedo hacerlo—
—Tranquila—
Tomaste una ducha rápida al terminar te pusiste la ropa que te dio tobirama, él estaba en lo cierto la camisa te quedaba bastante grande y los pantalones ni siquiera te quedaban. No te quedo de otra que solo dejarte la camisa lo bueno era que te quedaba un poco más debajo de tu trasero, aun así, no podías dejar de sentirte incomoda.
Al salir del baño notaste que tobirama estaba sentado en el sillón con la cabeza recargada hacia atrás, eso te hizo sentir mal. Te acercaste a él, te pusiste detrás de él y rodeaste tus manos por su cuello, pegaste tu mejilla con la del. Tobirama solo se sobre salto, pero no se movió y tampoco dio señales de que quería que te quitaras
—Necesito darme un descanso de todo esto— susurro
—Sera mejor que vaya a descansar señor— estabas por alejarte de él, pero te tomo de la mano
—Quédate así por favor—
Obedeciste y te quedaste quieta, poco a poco empezaste a sentir como su respiración iba siendo más relajada al igual que su cuerpo. Recargaste tu cabeza en su hombro, al hacer eso no pudiste evitar oler su arroma, el cual se te hacia conocido, te acercaste un poco más empezando a oler su cuello. Ahora ya estabas segura, era el mismo aroma que habías olido aquella vez
