One-shot

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Topaz — su tono autoritario, abusivo y altanero como el que estaba acostumbrado, llamó a la chica que se miraba sonriente frente al espejo —

Buenos días, Cheryl —y su tono dulce, amigable y despreocupado, le respondió a una Cheryl cruzada de brazos y contra la puerta, cuidando de que nadie entrara ni nadie saliera de aquel baño —

El nuevo rumor ya está expandiéndose por todo el Instituto — la diva la observó de reojo y descendió la velocidad de sus movimientos, que peinaban con dedicación su pelirrosa y largo cabello —

No sé de qué hablas. No le hago caso a los rumores de estudiantes que pierden el tiempo en eso

Pues deberías — su voz salió juguetona ahora y mientras deslizaba su mano a lo largo del lavabo — porque así como cuando te vayas a Broadway y cientos de rumores con chicos guapos te acechen... tienes ahora uno con Jughead dando vueltas por ahí

El año pasado te pregunté con total confianza si habías regresado con él ¿Por qué no eres sincera ahora y dejas tanto misterio? — cuestionó mirándola a través del reflejo justo cuando se detenía tras ella. La porrista sonrió de medio lado —

De acuerdo... ¿tú y Jughead volvieron?

Sí y desde hace unos días — Cheryl ahogó un grito sorprendida. La franqueza y naturalidad eran dos de las virtudes de Antoinette pero que se lo asegurara con la sonrisa más brillante y los ojos más enamorados, le revolvió el estómago y se preguntó qué demonios veía su ex novio en ese pequeño y bajo cuerpo moreno que los demás no —

La certeza y la convicción era lo que predominaba en su personalidad y modelaba así el uniforme de porrista, consiguiendo con el lo que quería y manteniéndose en lo alto de la pirámide social de Riverdale High.

Todo lo contrario era Antoinette Topaz, la capitana del coro más patético y ordinario del Instituto, la chica de las faldas a cuadros y los suéteres de animales no tenía nada interesante más allá de sus torneadas piernas que dejaba al descubierto cada día.

¿Por qué Jughead elegía la el reflejo de una adolescente judía e insoportable y no a la chica deseada por todos y envidiadas por las demás? Observándola de arriba abajo, gesticuló con desagrado y dio un paso adelante.

¿Sabías que Jughead sufre de eyaculación precoz? — le preguntó con burla al estirarse contra su oído. Antoinette entrecerró los ojos e infló su pecho, de esa manera infantil y caprichosa que tenía al reaccionar cuando le arrebataban los solos en el coro. Ella se sintió victoriosa —

Quizá, en realidad, tú has buscado que reaccione así. Lo has provocado sin el mínimo pudor y totalmente atrevida

¿Disculpa? — inquirió entre dientes y volteándola bruscamente por uno de sus brazos. La única vez que parte de su intimidad fue pública para los demás, fue porque engañó al escritor del Azul y Oro diciéndole que podía quedar embarazada si compartían unos minutos de jacuzzi y él, con su torpeza latente, consideraba esos momentos que ella le regalaba como sexo. Y justamente porque era eso lo que quería evitar en realidad. Si algo le impartían sus padres y su religión católica estrictamente enseñada, era que debía conservar su virginidad hasta el día de su boda — ¿estás diciéndome zorra? ¿Tú, la desvergonzada que lleva faldas cortas solo para enseñar sus piernas?

No quise decir eso. Él es chico y a los chicos les pasa eso... y tú eres sexy, tengo que admitirlo

La boca de Cheryl se cerró al instante. Mientras su cara comenzó a tornarse roja y cada vez con más fuerza, el rostro de la diva no mostraba signos de timidez. Todo lo contrario, la sonrisa se le parecía a aquellas luego de las presentaciones, totalmente satisfecha y felicitándose de sus actos.

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