Capitulo IV

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  • Dedicado a Sebastian
                                    

-Últimamente estas muy callada¿Puedo saber en qué piensas?- preguntó con preocupación.

-Solo es que estoy pensativa, no te preocupes.-dije colocandome bien la mochila. Me encanta dar paseos con Myron pero últimamente, él estaba ocupado cuidando de su hermana.

Deje caer mi mochila, cuando vi el campo mi padre. A él le encantaba cosa, me gustaba la idea de que yo debía pasar una vez por semana por aquí. Despues de arrancar una pequeña espiga de trigo, la meto en mi mochila, como me dijo mi padre.

A la vez saqué el libro y me tiré en la hierba. Desde que conozco a Myron, nos dirigimos tres veces a la semana al campo y hablamos hasta entrar en un profundo sueño. Un sonido melodioso hizó que fijara mi vista a los dedos de Myron, me quedé pasmada mirando como cuerdas se movían y expulsaban dulces notas.

Siempre había sido una incógnita saber donde aprendió a tocar la guitarra así, a veces hacía que el mundo fuera único ,brillante con solo rozar una cuerda. Me relajé y observé las páginas del libro, parecía una especie de diario. Dibujos y bocetos aparecían en algunas páginas, eran distintas mitologías griegas, mi abuelo solía contarme algunas cuando era la hora de ir a domir.

Algunos bocetos eran impresionantes, varios colores daban vida a los dibujos y figuras extrañas les daban un detalle especial.

Myron paró de tocar y eso me hizó perder el hilo de mis pensamientos. Él se acercó poco a poco hasta estar frente a mí, su mirada curiosa me incomodaba.

Myron cogió el libro y lo miró, ojeó algunas páginas y cuando me di cuenta, ya estaba empezando a leer el principio.

-No juegues con los libros.- dije sonriendo, mientras se lo quitaba de las manos.

-Siempre es todo privado, por favor déjame verlo.-dijo poniendo ojos de cachorro.

Él sabía que no podía resistirme a esa cara, me daba risa, mordí mi labio para aguntarla. De repente noté como sus manos se alzaban hasta mi cintura, hasta mantenerme en sus brazos.

-¡Para, basta Myron!- dije entre risa y risa

-Asi esta mejor- dijo sacudiendose las manos. Cuando abrí mis ojos estaba en una rama a centimetros del suelo, en unos instantes reaccione.

-¡Bájame, vas a pagar por esto!-dije sin saber si reir o gritar.

-Creo que te voy a dejar asi- dijo

-Pareces un mono-dijo mientras intentaba aguantar su risa.

-Por favor bájame.-dije poniendo cara triste mientras cerraba mis ojos. En unos instantes mis pies tocaban el suelo. Al tocar la tierra el mundo volvió a ser pesado por unos instantes, otra vez todos mis pensamientos volvieron a repetirse varias veces. Abrí los ojos, la cara de Myron estaba a pocos centrimetros de la mía.

-¿Enfadada?-dijo con una ceja hacia arriba

-No ... pero no soy un mono-dije subiéndome a su espalda

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Solo puedo decir gracias, gracias, gracias. Estoy muy ilusionada de que esto funcione otra vez, mi otra historia se borro teniendo muchos lectores.

Grace.

En busca de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora