Capítulo 2

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Esa misma noche:

Violeta y Daniel ajenos a todo lo que está ocurriendo en el interior de la discoteca.

Desconocen que sus amigos son los que están peleándose con otro grupo que tenían ganas de gresca esa noche.

Debido a todo el alcohol que habían ingerido y otras drogas no permitidas.

Fuera de la discoteca en un parque cercano:

Por un momento pensaron entrar junto a sus amigos, pero finalmente no fue así.

Decidieron poner rumbo cada uno a su casa y disfrutar de la buena noche que estaba haciendo.

-¿Vives muy lejos? -pregunta Daniel
-Dos calles más y llegó a casa -contesta Violeta

- Es verdad ya me lo habías dicho antes -recordando Daniel dichas palabras

-¿Y tú dónde vives? -pregunta Violeta

-Pues a mi me queda todavía un camino más largo. Cuatro calles más sin contar las tuyas.- dice Daniel entre risas compartidas con Violeta.

Ha llegado el momento de la despedida y entre tanta complicidad los dos se quedan mirándose fijamente.

-Ya nos veremos estos días-le dice Violeta a Daniel

-Si quieres podemos ir a la piscina mañana-le sugiere Dani

- No se si voy a poder. Es que mañana tengo comida familiar-dice Violeta

-Vale. Entonces nos vemos después de la comida si no se alarga mucho la comida en familia.

-Voy a intentar salir antes ya que no creo que pueda escaquearme-le dice Violeta

-Entonces estamos en contacto mañana-dice Daniel bajando uno de los escalones que dan acceso al portal.

- No se te olvida algo muchacho -dijo la chica rubia comiéndose a Daniel con la mirada.

Con los nervios previos del primer beso, sus labios se acercaron notando la electricidad que ambos, desprenden desde lo más profundo de su interior.

El siguiente beso fue menos intenso. Ya que Violeta, corto dicho momento al ver la hora ya que sus padres se levantan en una hora por el trabajo de ambos.

Así que Violeta entró en el portal con una notable alegría y bien reflejada en el espejo del ascensor.

Lo mismo, le estaba pasando a Daniel. Su cara de felicidad se reflejaba, en los cristales de los coches que se cruzaba, por su camino, mientras iba escuchando música.

Y Violeta al entrar en casa se tropieza y cae al suelo. -Mierda de alfombra- comenta la jugada desde el suelo ante la atenta mirada de su perro que no le quita ojo.







Violeta no es un color cualquiera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora