Cosmografía

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Asirme a tus cordilleras,

establecer en la izquierda

mi observatorio

y enfocar ahí mi telescopio.


Compenetrar en tus astros,

perderme en tu Vía láctea

y así comenzar con el tratado

de tu cuerpo celeste.


Quedar atrapado

en el campo gravitatorio

de tu ombligo

tan tenaz como el de un agujero negro.


Rodear tu cinturón de Orión,

reposar por tu cálido Venus,

enredarme en tu Andrómeda

y girar en tu ensortijado Júpiter.


Divisar la estrella fugaz,

que cumplirá mi deseo final

que seas por siempre mi Universo,

como clímax de esta aventura.

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