Prólogo

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Louis entró al salón con la normalidad de siempre. Se sentó en el mismo lugar en el que se había sentado por dos años y sacó sus audífonos esperando con eso evadir la realidad. Sería un día cualquiera con el aburrimiento típico y las ganas de dormir habituales. En otras palabras, un día muy divertido.  No le sería tedioso, sólo debía aguantar hora y media en ese lugar y podría ser libre, por hoy.

"TOMMO" gritó Zayn haciéndose escuchar por toda el aula "¿Por qué no me sorprende verte aquí?"

"Quizás porque nos vimos ayer, genio" Zayn se sentó a su derecha y sacó su libreta de dibujos. Si algo le admiraba a su mejor amigo era la capacidad de hacer verdaderas obras de arte en cuestión de minutos, la forma en la que su mano tomaba el lápiz y se perdía entre líneas y curvas, era un espectáculo asombroso "¿Qué hiciste esta vez?"

"Nada espectacular" responde su amigo sin tomarle importancia "Tenía mucha hambre y tomé un sándwich viejo de la cafetería, obvio no lo pagué"

"Zayn, sabes que yo traía jugo y pastel"

"Sí pero tenías práctica y no te iba a quitar lo único que te hizo tu abuela. Además, debo empezar a ver yo por mí propia comida, no vas a estar siempre para alimentarme"

"Pero-"

"¿Te conté que hice enojar a la cocinera? Porque probablemente eso haya influído en el castigo" silencio... okey, sí, quizás robar un almuerzo pueda hacer enojar a la encargada, suena a algo lógico.

"¿Qué tanto se enojó?"

"No importa ahora, sólo centrémonos en que gané una hora de detención, otra vez" lo dice en un tono tranquilo, como si fuera cualquier cosa, como si el robo de comida no estuviera relacionado a los problemas familiares y económicos por los que el chico estuviera pasando. No, era sólo una simple travesura, una que ahora les daba nuevas horas para pasar juntos, casual "¿Tú qué hiciste?"

"Lo de todos los martes. No pude abrir a la maldita rana para diseccionarla. El profesor Exceva me trajo aquí mientras según él le estaba levantando la voz. Yo NUNCA levanto la voz"

Ese era su ritual, estar casi todas las tardes en detención con Zayn por cosas estúpidas. No eran malas personas, simplemente hacían lo mejor que podían por su bienestar y supervivencia escolar, aunque eso significara ganarse las horas de detención y el odio de todo el instituto.

Siguiendo el patrón, Zayn empezaría a dibujar mientras Louis le compartiría uno de sus audífonos pasando juntos ese letargo de castigo con pláticas casuales o un Louis semidormido. Era la misma rutina perfecta que llevaban por dos años, hasta hoy.

La puerta se abrió y entró la secretaria del departamento de Administración Escolar. Saludó con amabilidad al profesor que los vigilaba y llamó la atención de todos preguntando "¿Aquí está Louis Tomlinson?"

Mierda. No había hecho algo que apenas se dieran cuenta las personas y lo metiera en problemas. A excepción de la falla que provocó en el sistema eléctrico del gimnasio, pero lo arregló... ¿cierto? ¡¿Cierto?! Oh Dios, debería empezar a tener una lista de sus fechorías.

"Soy yo" respondió tragando con pesadez, rezando que no sea algo serio.

"Debes ir a casa inmediatamente. Al parecer la señora Agnes Styles tuvo un accidente y..."

Salió corriendo. No esperó a que la mujer terminara o a despedirse de Zayn, sólo corrió.

Agnes Styles lo había adoptado, era la mujer más dulce que alguien podría encontrar en su vida, una viejecilla de película con rizos plateados y mejillas rojizas. Era su familia, quien lo cuidaba cuando los demás lo había excluído por ser un híbrido. Por quien daría la vida y quien era capaz de con una sonrisa arreglar su día.

Malditos Conejos 🐇 LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora