🍷•𝙏𝙤𝙠𝙮𝙤 𝙍𝙚𝙫𝙚𝙣𝙜𝙚𝙧𝙨 | 𝙊𝙣𝙚-𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨•[CANCELADO]

Baji Keisuke.

Fem!Reader.

Tipo: Soft

Corregido ✔️

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— ¡Hazte a un lado, imbécil cuatro ojos!

Todos los presentes en la clase levantaron la cabeza y dirigieron toda su atención a la puerta. Detrás de esta se escuchaba gruñidos y un par de insultos por parte de alguien. El profesor abrió la puerta para ver de qué se trataba pero retrocedió al instante cuando una cabellera oscura apareció frente a todos.

Tanto el docente como los alumnos se tensaron cuando vieron lo que decía el uniforme del muchacho. Era un integrante de la TōMan. Este dirigió su mirada al frente y comenzó a buscar a una persona en concreto, fila por fila buscaba a su objetivo. Una chica sentada en la segunda fila, justamente al medio, bingo.

— ¡Kaori, ya me cansé de esperarte! ¡Nos vamos! — levantó la voz, asustando a todos.

La chica nombrada se levantó rápidamente y guardó todas sus cosas en su bolso. Tras disculparse con su profesor agarró la mano de su novio y salió rápidamente del salón. Lo arrastraba a toda velocidad, estaba furiosa. No era la primera vez que hacía eso, pasaba una o dos veces por semana. Sus notas por comportamiento estaban pendiendo de un hilo por culpa de Baji.

— ¡Maldita sea, Keisuke! ¿Cuántas veces te tengo que decir que no puedes entrar así a mi clase? — iba regañandolo en el camino. Cada palabra que decía ella le entraba por un oído y le salía por el otro, solamente deseaba molestar a su pareja.

— Yaya, ni que te hubiera secuestrado. — pasó su brazo por sobre sus hombros y la acercó a él. — Vayamos a dar un paseo, estoy aburrido.

— Nunca me escuchas. Eres un idiota. — liberó un suspiro y continuó caminando al lado de Baji.

Salieron del edificio siendo observados desde las ventanas por algunos alumnos. Era poco creíble aún; la alumna más ejemplar y responsable salía con un miembro de la TōMan. El capitán de la primera división, mucho peor aún.
El pelinegro se subió a su motocicleta, yéndose un poco más adelante para que Kaori pudiera subirse detrás de él.

— Kei. — llamó la atención de este. — Estoy usando falda, no puedo subirme a la maldita moto. — se cruzó de brazos y comenzó a golpear el concreto del suelo con su zapato.

— ¿Qué no traes algún short debajo? — un seco “no” salió de los labios de la chica. — Puta madre. Como sea, súbete de una vez. No hay nadie a esta hora, no te verán nada. Y si alguien viera algo le rompo la cara a patadas.

La muchacha miró a todas las direcciones posibles y para su suerte no había nadie cerca. Tuvo que usar sus dos manos para sostener su falda, una hizo que la parte de atrás quedara debajo de su trasero y la otra mantuvo el frente en su lugar, evitando que se viera más de lo necesario. Se pegó por completo a su novio, rodeando el torso de este con sus brazos. El cabello de este se metía en su cara, causando molestia y cosquillas.

— Maldita sea, si no es la asquerosa falda es tu cabello Pantene. — bajó la cabeza, pegando su rostro a la espalda del chico, de esta forma evitando que el cabello del pelinegro le molestase. — ¿A dónde vamos?

— A comer por supuesto. — encendió el motor y quitó la pata que sostenía el vehículo.

— Creí que íbamos a dar un paseo. — se agarró más de él tras sentir el movimiento brusco que causó al enderezar la moto.