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(Si alguien lee esta cosa el nombre BSD corporation, léanlo como "bi es di corporeishon" thanks XD ISHDBCIHJ)

Capítulo 1: Una gran oportunidad.

Era un día cálido. Dando los primeros inicios de la primavera aquel clima suave y los hermosos árboles de cerezo en flor, la brisa tranquila y las tardes frescas nos informaban la llegada de las primeras semanas de marzo en la ajetreada ciudad de Yokohama, Japón. 

Con el sol en su máximo esplendor, las personas se movilizaban de un lado a otro. Era día de semana por lo cual seguramente la mayoría de ellos se dirigían a atender sus trabajos. Todos con distintas tareas que hacer, distintas metas y obligaciones que cumplir, a excepción de cierto castaño.

— ¡Dazai maldito inútil! ¡Levántate de allí ahora mismo! Debes componer al menos una canción para la reunión de mañana...el presidente dijo que quería oír algo nuevo para comenzar con tu 4to álbum, ¿sabes?  

— Pero...Kunikida-kun — alegó con cierta pereza en su voz, entonando aquel nombre en una melodía sin ganas — Sabes que este tipo de cosas no se fuerzan...¡Soy un artista! ¡Un músico! —elevó la voz un momento — Mi espectro creativo se moldea a mis emociones y hoy solo quiero mantenerme en este sillón hasta morir — mencionó acomodándose en aquel gran sofá de manera que quedara más sumido en la comodidad de aquellos costosos cojines. Kunikida Doppo, su desdichado manager, solo podía verlo molesto, mientras sostenía su característica libreta electrónica. 

Osamu Dazai, era un famoso cantante, compositor y suicida. 

Sí. Leyeron bien, suicida. 

Este ya había tratado de quitarse la vida en varias ocasiones sin éxito alguno, solo había logrado darle un par de escándalos a la compañía en la cual trabajaba: BSD corporation. Una de las industrias más grandes en lo que se refería a la distribución de talentos musicales, desde cantantes y músicos, en su mayoría prodigios. Siendo uno de los exponentes más importantes se encontraba el peculiar castaño, se había integrado hacia apenas 5 años, avanzando a pasos veloces en las listas de mejores cantantes, reuniendo premio tras premio y reconocimiento mundial. Su voz cautivaba al público que tuviera en frente -fuese cual fuese- además de su evidente buen lucir, su excéntrica personalidad lo hacían robar corazones en cualquier escenario que pisase. 

Era el modelo y objeto de adoración de la gran mayoría de aspirantes a cantantes o de aquellos que anhelaban poseer la fama o el dinero, pero a Dazai no podía importarle menos todo esto. Le gustaba demasiado su trabajo, escribir y cantar sus canciones era su vida entera. Sin embargo, algunas veces se volvía agotador -aunque solía no hacer mucho- y otras veces sus ganas de cometer un suicidio doble que tanto deseaba se acrecentaban impidiéndole concentrarse en lo suyo, regalándole a Kunikida enojos y bastante estrés.

— Dazai imbécil, tuviste un mes para la holgazanería — lo observó con la tan recurrente desaprobación. Siempre que el castaño tenía vacaciones regresaba con algún tipo de bloqueo creativo o sin ánimos de trabajar — Debes volver al trabajo, eres muy importante para la compañía...

— Lo sé. Solo dame tiempo, probablemente me dé inspiración mañana, estoy con un extraño bloqueo creativo — "extraño" no es como lo definiría el rubio, era bastante frecuente a decir verdad. 

— ¡Claro! Pero para suicidarte si hay creatividad...

— ¡Hey Kunikida-kun! ¡No te metas con mis hobbies!

— No me metería, pero ¿Quién fue el que se demoró 30 minutos en sacarte de aquel barril en el que habías quedado atorado, eh?

— Ni pienses que escribiré una canción ahora...

Nuestra armonía en la discordia- Shin Soukoku/ AkuAtsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora