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—Bien Peru, ya hable con Mex, dijo que los tendrá acá en Lima alrededor de las 3 de la tarde— Menciono el ruso manejando a unas 7 de la mañana desde el Callao hasta el hogar del peruano.

Se encargó de llamar solo a los latinos ¿verdad? — pregunto viéndose en un espejo haciendo todo lo posible para que no se notaran las ojeras que aún traía.

—Sí, Sur y centro—

—Perfecto—

— ¿Hablaras con ellos acerca de los extranjeros? —

—No tengo opción, lo más probable es que su estadía aquí dure un poco más, cualquiera de ellos chocaran con ambos en cualquier momento y crearan un bullicio enorme, prefiero mantenerlo controlado, antes de que alguien fuera de América se entere—

— ¿Qué hay de Canadá? —

—Se lo diré cuando sea el momento, por ahora no hay razón para apresurarnos, además no es como que haya problema con él, casi ni viene a mi territorio— Finalizo cerrando el pequeño pote de maquillaje que tenía entre manos — ¿Cuánto falta para llegar? —.

—Como 40 minutos, puedes dormir si eso quieres— ofreció cosa que el bicolor no lo dudo y cayo dormido al instante.

Con los demás.

Virú fue el primero en levantarse, no sabía cómo demonios había pasado de una dura y fría mesa a estar en un suave colchón con casi 3 sabanas encima.

Se colocó su poncho que estaba muy bien doblado en una silla y salió del cuarto. Se hallaba en la casa de su copia exacta Premium, segundo piso para ser exactos.

Decidió buscar al resto así que reviso el resto de puertas.

La puerta que estaba a su lado la abrió encontrándose con la versión pequeña de América, que a pesar de estar con una sábana encima, este tenía medio cuerpo saliendo de la cama, no parecía ser una bonita posición para dormir, pero el menor parecía estar cómodo, así que cerró la puerta y lo dejo descansar.

La puerta que le seguía le pertenecía al ya antes mencionado, América, que a diferencia de él y Usa, se hallaba simplemente tirado sobre la cama con la sabana y almohada tirada al piso, además de posicionarse sobre esta de manera no muy cómoda, y por supuesto que lo sabía, compartieron cama como por casi 3 años, sabia cuáles eran sus posiciones favoritas.

Se adentró a la habitación en puntillas para no despertarlo, levanto la almohada y la coloco debajo su cabeza, acomodo su cuerpo de manera que estuviera en una mejor posición, lo cubrió con la suave sabana gruesa y finalizo quitándole las gafas oscuras y colocándolas en una mesita de noche que se hallaba por allí. A América no le gustaba dormir con eso puesto.

No se tenía que ser un genio para saber que fue él quien los trajo a Usa y a él hacia las habitaciones, era lo mínimo que podía hacer, por supuesto.

Salió de la habitación lentamente y cerró la puerta en silencio y prosiguió a ir a la siguiente habitación.

Esta tenía manija de oro, obviamente le pertenecía a su contra parte, decidió abrirla para ver como estaba, pero estaba con seguro, no le sorprendió mucho, pues todo lo que lleva conociéndolo hasta ahora le daba indicios a que era alguien reservado.

No lo molesto y bajo a lo que venía ser el comedor y la cocina, el último lugar que vieron antes de salir de allí. Se acercó a la refri y vio una pequeña nota en inglés.

Aquí te dejo algo para que desayunes
con tus compañeros padre.
Atte.: Are.

Según sus pequeños y cortos estudios en Duolingo, esto se traducía como desayuno comprado, tenía hambre así que decidió revisar. Pero esta solo estaba llena de Pizza para recalentar, algunos sándwiches y bebidas energizantes. ¿Esto es desayuno?

you love me?- UsPerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora