Capitulo 3

47 10 0
                                    

Cuando dijo eso, mi corazon cayo, no lonpodia creer, es claro que trataba de engañarme, pero... ¿Cócomo sabía que conocia solamente a un Jason? Devia de hacerle una prueva.

"Si en realidad eres mi angel o Jason dame una señal de que eres un angel de verdad y no un mentiroso" Encarné una ceja en modo de pregunta haciendole saber que no era tan fácil convencerme.

Gimiendo con desesperacion, pude ver una pequeña luz que iluminaban unas bellas alas de angel, no sin antes de que el murmurara un ligero "bien".

Mi boca estaba abierta, mis ojos tambien, estaba asustada, mis piernas no respondian, intentaba moverlas para salir corriendo de alli.

"¿Estas bien?" preguntó Jason,

'¿Que clase de pregunta es esa?' dije para mis adentros, por supuesto que  no estaba bien, acabo de ver a un angel, eso no es algo que las personas no estan acostumbradas a ver.

Como por arte de magia mis piernas respondieron las ordenes que les enviava mi cerebro. Corrí lo mas rápido que pude hacia mi habitacion, sentia el camino eterno, una grada, otra grada, nuevamente otra grada, sentia que iba a caer en cualquier momento y que mis piernas no resistirian hasta llegar a mi habitacion. Antes de que me diera cuenta estaba colocando el pasador en la puerta me mi recamara.

Tratando de conservar la calma, respire una, dos y tres veces, ya estaba mas calmada, me di la vuelta y el estrés volvio a recorrer mis venas.

Allí estaba el.

"Clamate" murmuro suvemente, como si estubiera hablando con un niño que se austaria con un simple movimiento.

Mi hermana no estaba, sus amigas nunca vinieron, no estaba en casa de mis padres y estaba sola en esta casa, ¿Que esto podría ser peor?

Y como si Dios estuviera atento de todo lo que digo, comenzo a llover. La luz no tardara en irse.

"¿Como quieres que me calme?" pregunté alterada.

"¿Crees que un angel te haria daño?, ¿Aun cuando ese angel es tu angel de la guarda?"

Negue levemente con la cabeza.

"Ven aqui" extendio su mano para que la tomara.

Titubeando un poco la tomé.

"Ves, no hay nada que temer" y como predije, la luz de corto prescisamente cuando el sonido de un relampago azotó toda la casa.

Austada salte a sus brazos. Pude sentir como el se reía levemente mientras acariciava mi cabello.

SOPHIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora