L'amour en cuisine

Capitulo 2.

La alarma suena, Sebastián estira su mano para apagarla. Se levanta al instante y pasa sus manos por su cara.

Era su primer día trabajando en el Langham, estaba nervioso y entusiasmado, quizá está era su oportunidad de brillar en el mundo gastronómico y no la iba a desperdiciar.

Era difícil hacerte de reconocimiento en algo tan exigente como lo era la cocina. Sabores que equilibrar, quemaduras que soportar, cosas que de alguna manera le gustaban, por qué eso mostraba quien era.

Era Sebastián, y el Langham era solo un buen inicio de una buena historia.

Su teléfono suena, número desconocido, toma la llamada y una vocesilla sale disparada al instante.

-¿En donde estas?

-¿Perdón?

-¡Sebastián!- Está vez reconoce la voz, Tony Balerdi, el castaño adorable del día anterior.

-Ah, Tony.- Dice con voz tranquila.- ¿Que tal tu mañana? ¿Has desayunado ya?

-¿Por qué no estás aquí?

-Empiezo a las 11:00, lo anoté ayer.

-¡Empiezas a las diez!- Le dice con frustración el chico del otro lado del teléfono.

-¿¡Que!? Maldita letra de doctor, llegó en 10 minutos.

-¡Apresurate!

Termina la llamada y se dirige a la ducha, para ducharse rápidamente y cambiarse la pijama por la filipina blanca que Adam le había dado. Toma su mochila y se la cuelga con rapidez antes de salir corriendo.

.

-Deberia estar aquí.- Susurra Lily mirando el reloj con atención.- Si Adam llega antes que el, está muerto.

Las puertas se abren y Sebastián entra con rapidez quitándose la mochila y poniéndola sobre una silla.

-A la cocina anda, y lávate la cara que estás lleno de sudor.

-¡Tu también te ves bien Tony!

Las mejillas del chico de traje se colorean y Lily suelta una risita a su lado.

-Esta lleno de entusiasmo y siempre sonríe.- Admite la niña antes de levantarse y comenzar a caminar en la misma dirección que Sebastián.- Le hacía falta a este lugar.

Tony niega y sigue a Lily.

.

Las puertas de la cocina se abren, Adam y Helene aparecen abrochando sus Filipinas y Helene recogiendo su cabello.

-¡Sebastián!- Grita Adam.

-Estoy aquí chef.- Avisa el chico apareciendo con un tazón en una mano y con la otra batiendo.- Desde hace una hora, aproximadamente.

Lily está sentada a un lado de Sebastián comiendo al igual que Tony.

-¿Están desayunando apenas?- pregunta Adam malhumorado.

-No, Sebastián nos preparó galletas.

-Y chocomilk.- Tony sonríe mientras toma de su vaso con un popote.

Adam mira a Sebastián.- Estás en un restaurante con tres estrellas Michelin y te pones a preparar galletas y chocomilk, ¿Que tipo de cocinero eres?

-Soy un cocinero, y no me mido con platos elegantes, me mido con las sonrisas que recibo.- Responde Sebastián señalando a Lily y Tony que juegan con las galletas y que llevan una sonrisa en su rostro.

Tony se levanta de la mesa aún con su vaso en mano.- Deberíamos comenzar a prepararnos, abrimos en ammm 1 hora.- Da un sorbo y mira a Sebastián.- Desde mañana, quiero uno diario.

El pelinegro sonríe y asiente.- Todas las mañanas.

Tony sale de la cocina y Lily va detrás de él, ya era una rutina que el castaño y la pequeña pasarán la mayor parte del tiempo juntos, la llevaba a la escuela y la recojia, la ayudaba en la tarea y jugaba con ella en lo que Adam y Helene se concentraban en la cocina y en la creación de nuevos platillos.

.

-¡Esta ácido!- Grita Adam, su voz suena en toda la cocina.- ¡De nuevo!

Helene suelta un bufido.- ¡No tenemos tiempo de hacer otra!

-Agrega bicarbonato.- Dicen al mismo tiempo Adam y Sebastián.

-¿Bato hasta punto de nieve?- Pregunta la voz de Sebastián tratando de cambiar el ambiente.

-Hazlo y marca esto.- Adam toma la bandeja plateada y la pone a un lado de Sebastián.- A más de...

-240°C, lo se, se lo que hago.- Sebastián mantiene la mirada en su trabajo.

-Esto será interesante.- Escuchan decir a Helene que los mira desde lejos.

Pues por fin actualice xd, me tardare un poco con esta historia por qué necesito buscar bien los términos de cocina y ese tipo de cosas, pero actualizaré más seguido.

Mar.