III

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¿Cuándo fue que se terminó por quebrar?

Con certeza fue ese día.

— ¿Cuándo vas a parar?

Esa sería la cuarta vez que va de la semana que intenta "hacerlo entrar en razón".

— Mírame a los ojos cuándo te hablo.

Le basta ver la expresión en el rostro de su padre para saber cuán desagradable le resulta la situación.

— No te saque de ese orfanato y te di todo para que me pagarás así — suelta con total desdén.

— Perdón — es lo único dice Jungkook antes de que su padre salga de la habitación, dejándolo con un nudo en la garganta y la mirada un tanto empañada. De nuevo se disculpa sin sentirlo realmente, ¿Por qué, que tiene de malo que se haya enamorado de Taehyung?

Aparentemente todo, Jungkook siempre considero que hacia bien todo lo que su padre quería, después de todo su vida desde que llego ahí se ha resumido a aprender a ser un buen mercader, no por nada se supone que era el orgullo de su padre. Incluso se había ganado un poco de afecto de la esposa de su padre. Todo lo que gano con años de trabajo duro y de demostrar lo capaz que era, es puesto en duda por sus sentimientos.

Todo esto empezó desde que su padre se enteró por los obreros del "extraño" comportamiento del menor para con el hijo del duque Kim, todo aquel beneficio que vio de ser cercano al futuro Duque Kim quedo de lado cuando supo que amistad no es precisamente lo que unía a ambos jóvenes. Y el mismo señor Jeon no dudo en recalcarle al menor que no quería ningún comportamiento inapropiado ni vulgar.

El obediente Jungkook que siempre fue se abría dedicado a acatar órdenes, pero tratándose de Taehyung no pudo evitar mostrar su descontento, el cual le costó mucho más que una bofetada. Una semana postrado en cama, y cuando se recuperó en realidad no hubo un gran cambio, confinamiento en su habitación, sin derecho a salir de esas cuatro paredes que se convirtieron en su prisión.

La pequeña libertad de la cual era ignorante que poseía, parecía nada cuando lo que más sufrimiento le acarreaba era no ver a Taehyung. Si su padre se enteró de lo que existe entre ambos, el Duque Kim seguramente también lo sepa. Jungkook temía por el bienestar del castaño aun estando encerrado. En ninguna ocasión pudo conocer al gran Duque Kim en persona, pero era bien sabido por todos lo recto y estricto que era.

Desde que fue recluido en su casa, ha pasado casi un mes y no cree aguantar ni un día más sin saber del castaño.

Sus preocupaciones junto a su miedo por seguir siendo atacado por las frías palabras de su padre lo incitaron a escapar, y por primera vez agradeció el sin fin de clases que le eran proporcionadas a diario para su formación, porque como heredero de los Jeon tuvo cierto entrenamiento en caso de secuestro que le sirvió muy bien para la ocasión.

Con el conocimiento del posicionamiento de cada guardia, no le fue difícil esquivarlos para llegar a salvo al establo, donde tomo a su corcel preferido para ser su cómplice en ese recorrido.

Sigiloso salió del perímetro cercano para después galopar a toda velocidad a la salida que solía usar Taehyung para entrar. Y a unos cuantos kilómetros de distancia encontró el inicio de la propiedad Kim, la que paso sin gran esfuerzo al ser una valla de menos de medio metro. Esta vez con lentitud y más alerta de lo que estuvo en su propio hogar, cabalga lento y es tomado por sorpresa cuando ve en el jardín principal una fiesta llevándose a cabo.

A la distancia espera encontrar entre uno de esos invitados al castaño, pero su vista se detiene en un señor que luce exactamente igual, pero con facciones más marcadas acompañadas de arrugas que señalan su edad. En su inspección se sobresalta cuando cree cruzar miradas con él y la sonrisa que se dibuja en sus labios no es para nada amistosa. Más la interacción dura tan poco que al segundo siguiente duda de su veracidad.

Pero no tiene tiempo para pensar, se debe de apresurar, antes de que noten su ausencia en su hogar.

Ninguno, no es ninguno de los invitados.

Como último recurso piensa en la posibilidad de que este durmiendo en su habitación.

De nuevo se aleja un poco y deja su corcel a un lado de un frondoso árbol que vio. Sin darse tiempo para recapacitar, camina decidido en dirección a donde cree saber se encuentra la habitación de Taehyung, puesto que en una de sus pláticas el mismo le detallo con palabras el sitio exacto. Por desgracia eso a unos metros de la celebración, un punto extra para él es que el abrigo que tomo es de las piezas más elegantes que posee en su guardarropa, pasar entre los invitados no es difícil cuando luce tan fino como todos ellos.

Y su travesía que no le veía fin, casi termina cuando se encuentra con la puerta principal de la casa, aquella que no llega a cruzar porque es abrazado por sobre sus hombro para guiarlo a otro lado.

— Joven Jeon, casi no llega a tiempo. Déjeme el honor de guiarlo personalmente, es en esta dirección — el señor que se robó su atención hace un momento ahora lo guía a quien sabe dónde, y no sabe que decir cuando la mirada de todos los invitados se encuentra sobre ellos en particular. Esperando, todos parecen expectantes a lo que está por acontecer y Jungkook sin saberlo teme descubrirlo.

Ah.

Por esa razón no lo encontró entre los invitados. No sabe que decir, ¿se le obligara a decir algo?

— Hijo, tú buen amigo, el joven Jeon llego justo a tiempo para felicitarte por tu compromiso.

Así se ve la cara de la maldad, y le sonríe tétricamente al igual que todos los invitados que observan con morbo para comprobar que tan cierto es el rumor que circula por ahí, "el joven Jeon, sedujo al hijo del duque Kim para obtener su favor más tarde".

Una mesa redonda no es lo único que los separa de unirse en un abrazo, también esta la dura presión en la mirada juzgadora de todos los presentes. El nudo es su estómago se convirtió en un vacío cuando vio el aspecto del castaño, se veía deplorable. Aunque estuviera lo más galante que Jungkook lo pudo ver alguna vez, su piel pálida junto a las ojeras que le enmarcaban los ojos dejaban a un más expuesta su expresión de sorpresa, sorpresa que brilla en ilusión por verlo. Lo sabe aún si no se lo dice con palabras está feliz de verlo de nuevo. Cuánto desearía que no fuera así su reencuentro.

— Jungkook..

— Felicidad... Mis felicitaciones — es lo único que dice cómo por automático, a modo de defensa, a modo de confirmarlo quizá, no lo sabe. Lo que sí sabe es que cuándo Taehyung no hace más que voltear su rostro hacia su costado, si no se permitió expulsar más que una solitaria lágrima fue por pura fuerza de voluntad.

— Oh, mira, que buen amigo, le alegra tú felicidad al punto de llorar.

La burla que expresa su voz causa unas pocas risas que se escuchan hasta su lugar debido al silencio del que es participe en esa reunión.

Vacío, las emociones que se alborotaban dentro de él, dejaron de hacerlo, las sensaciones que le quemaban la piel y el alma en una gratificante felicidad, desaparecieron. Y en cambio todo le dolía, el nudo en su garganta se pronunció cuándo Taehyung hizo el amago de acercarse a él, pero su prometida lo tomó del brazo para impedir que avanzara. Su estómago dolía, sentía que vomitaría el único vaso de agua que ingirió en todo el día.

Cuándo pensó que eso era todo lo que podía soportar casi se desvanece de lo abrumado que se sentía, y sin en cambio su padre apareció a un lado de él, sujetándolo fuertemente del brazo al punto de ser doloso, dolor que le hace regresar en sí y mira a su padre contener la indignación que sabe esconde en sus fuertes facciones. Apariencias, sólo eso busca mantener y Jungkook lo sabe, vino a recogerlo para que no hiciera una escena más grande.

Por eso no pelea, no dice nada, no vuelve a levantar la mirada. Sólo mira el pasto bajo sus pies mientras es sacado del lugar por su padre. Mientras se siente desmoronar por dentro.

𝙄𝙛 𝙄 𝙘𝙡𝙤𝙨𝙚 𝙢𝙮 𝙚𝙮𝙚𝙨 / 𝘛𝘢𝘦𝘬𝘰𝘰𝘬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora