Uno historia sobre mi

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Siempre he sido perceptivo, callado, reservado, por unos años invisible a quienes me rodeaban. Quizás por gusto aunque me dijera a mí mismo que odiaba estar solo, quizás porque no se sentía como soledad el poder analizar a quienes tenía tan pero tan cerca.

Con los años el silencio fue innecesario, podía hablar y analizar al unísono. Podía contarte la historia de cómo me queme el brazo horneando un pastel de cumpleaños o la vez que salimos de copas para la despedida de soltero de un viejo y ya olvidado amigo mientras me fijaba detalladamente en tu forma de hablar, tus expresiones faciales, el leve temblor de alguna parte de tu cuerpo o los pequeños tics o costumbres que tenías mientras hablabas de un tema en específico. Por eso siempre buscaba prolongar la conversación, extender el relato, seguir el contacto más adelante y mantener la relación. El tiempo era poder y mientras más tiempo tenía más vulnerable eras más interesante y real, a la semana ya podía identificar las mentiras blancas y al mes ya era capaz de saber tu estado de ánimo. Los gustos y deseos son claramente de los más fáciles de notar pero es saber el momento adecuado en el que el otro desea lo más complejo y hasta eso puedo casi a la perfección señalar.

El problema venía casi siempre al 6to mes cuando el enigma dejaba de ser intrigante, cuando el rompecabezas carecía de más piezas y la imagen ya estaba formada. Las personas somos más simples de lo que pensamos, la mayor parte de nuestros días no son más que  conjuntos de hábitos y costumbres ya aprendidas y repetidas hasta el cansancio. Nuestras respuestas son repeticiones y nuestras decisiones son simples lanzamientos de moneda entre dos opciones ya antes probadas. Cuando conocía y entendía a la otra persona como a mí mismo era cuando la tarea dejaba de ser interesante y cuando por esto mismo decidía que era tiempo de encontrar a alguien más.

¿Cuál era el punto de esto? No tenía ninguna misión u objetivo marcado era simplemente un hobbie, una fijación que no parecía tener importancia. Ciertamente era consciente del dolor que causaba a algunas de mis susodichas amistades o compañeros y aunque nunca sentí satisfacción por esto el hecho de tener que explicarle a alguien que ya no me es interesante era, aunque suene repetitivo, de muy poco interés para mi sobretodo cuando ya sabía cuál sería exactamente la respuesta de estos, como dije ya los conocía perfectamente cada detalle de su ser y comportamiento ¿qué más quedaba por ver? ¿Qué más podríamos hablar? Solo serían conversaciones vacías donde mi tarea sería responder a preguntas que ya se que serán formuladas. ¿Qué consejo o ayuda pudiera pedirles? Si yo soy ellos y ellos no entenderían que de nada sirve para mí seguir hablando solo conmigo mismo.

Este hobbie se estaba convirtiendo en un problema porque mientras más gente conocía más fácil me era analizarlos, más rápido podía desecharlos y más aburrida y monótona se volvía mi actividad de entretenimiento. El hecho de que las personas tengan tantas similitudes me hizo pensar qué tal vez pronto llegaría al fin de las posibilidades y tarde o temprano me quedaría solamente a mí mismo para hablar. Decidí emprender un viaje, quizás esta tierra está limitándome pensé, pero país por país aunque cambiara el idioma o las costumbres había algo que nunca cambiaba. Las personas siguen siendo personas, tienen vidas en las que están cómodos aún estando incómodos y para ellos eso está bien, es suficiente, pero para mí que la vida era analizarlos hasta saber todo sobre ellos se me hacía imposible una cosa. Entenderlos. Entender porqué. Por mucho tiempo nunca lo cuestioné pues ni yo mismo sabía el porqué de mis propias acciones pero cuando sabes lo que harán miles de personas antes de que lo hagan te hace preguntarte ¿Porqué?

Mi búsqueda por encontrar la diferencia continuaba y mi decepción aumentaba o al menos así era hasta que empecé a escribir este diario, han pasado varios años y he recorrido el mundo, cada vez había menos gente interesante u diferente pero siempre pude encontrar aunque sea a una o dos personas con las que entretenerme un tiempo.

Cuando ya no encontraba nada más llegué a esta pequeña tribu por el hemisferio sur del planeta, cerca de tierra de fuego, cuentan con un lenguaje complejo para ser tan antiguo y costumbres algo desagradables para cualquier persona educada en la sociedad actual. Aquí en este pequeño espacio encontré quizás al más interesante ser que he conocido una mujer supuestamente curandera de la tribu e hija de uno de los jefes con bello cabello castaño y una peculiar heterochromia en la que su ojo izquierdo era anaranjado y el derecho verde como si un lado fuese su rabia y el otro su paz. La conocí un tiempo después de llegar a la tribu cuando enfermé, por varios días ella me cuidó y pude aún en mi precario estado intentar analizarla y en mis intentos por hacerlo me di cuenta de algo que nunca me había percatado antes.

Al analizar, al desvelar y descubrir a los demás los estoy desnudando a ellos y todos sus secretos y temores pero en el proceso de obtener esa información también me estoy abriendo y desnudando yo mismo. Esta curandera llamada Shaak Ti fue la primera persona que entendió lo que estaba haciendo y lo hizo de vuelta. Ya no era yo analizando a alguien era un análisis conjunto algo completamente diferente pues en la búsqueda de entenderla me entendí más a mi. Me di cuenta de que lo que buscaba en los demás era a mi mismo, quería comprenderme así como comprendía a todos los demás. Ya han pasado meses y aún estoy interesado como en el primer día, quizás esto es todo lo que necesitaba no entender a todos los demás sino alguien que me entendiese a mi.

Fin.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2021 ⏰

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P. PromptsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora