El rey Demonio

II

Antes de comenzar debo advertir discreción a los lectores. El siguiente texto contiene temas que podrían se considerados de mal gusto para algunas personas como lo podrían ser:

El sexo entre hermanos.

El abuso.

Y la obsesión.

Además que el capitulo presente contiene descripciones sexuales.

Se espera la comprensión de que el material presentado está inspirado en personajes de ficción y no se busca ofender o propiciar esta conducta en la vida real. 

Tras varias horas de reposo, Tanjiro por fin empezaba a abrir los ojos. Sintiendo donde estaba se puso de pie para poder analizarse correctamente.

Lo primero que vio fueron sus manos. Sus uñas ahora tenían ligeras puntas afiladas que las volvían armas letales, lo que lo llevó a pasar sus dedos por sus dientes en los que sintió el filo perforante de un depredador.

Extrañamente, eso le causó una tranquilidad en su cuerpo que no podía explicar.

Ese ser que con anterioridad fue dos seres diferentes se encontró con un gran dilema dentro de él al ver a esa hermosa joven sentada en la base de árbol. Por un lado estaban los sentimientos de amor incondicional que Tanjiro poseía hacia su hermanita, por otro lado estaba el deseo de posesión que Muzan había estado albergando dentro de él por tanto tiempo dirigidos hacia esa joven.

Ambos sentimientos generaban una emoción diferente en la mente de este ser que poseía el cuerpo de Tanjiro con dos conciencias diferentes que ahora se habían vuelto una sola.

No obstante, lo que más prioridad tuvo en él fue la ropa desgarrada que llevaba. Esa ropa no era digna de él. Sin pensarlo dos veces rasgó la prenda que llevaba quedando completamente desnudo, ya después se encargaría de que sus sirvientes le consiguieran ropa adecuada.

Nezuko sintió como su hermano se levantó de su regazo y eso la hizo despertar rápidamente para verlo. Cuando abrió sus ojos se encontró con la espalda de su hermano, casi inmediatamente se dio cuenta de que algo no estaba bien él.

Tanjiro escuchó como la tierra sonó. El demonio se giró con suavidad para sonreírle a joven que un vez fue su hermana con la amabilidad que lo caracterizaba. Eso generó un sentimiento de alegría en ella e hizo que abrazara con fuerza a su hermano.

—Sabía que volverías a mí, hermano. —dijo ella con lágrimas en los ojos al tiempo en que se lanzaba para abrazarlo.

—No creo que sea correcto que me digas hermano, Nezuko. —dijo Tanjiro mientras correspondía el abrazo de la pelinegra.

Ese comentario hizo que Nezuko se separara de ese ser con cierta preocupación. El hombre frente a ella se acercó al árbol y después se sentó ahí con gran calma. Tras eso le hizo una seña para que ella se fuera a sentar con él.

Nezuko no estaba segura de si hacerlo o no por los riesgos que él podría suponer. No obstante, esa presencia tranquila que tenía, junto con la cara sonriente que tenía el rostro que recordaba como de su hermano la hacían tener cierta confianza en él. Nezuko se sentó a su lado sin estar completamente tranquila.

—Me alegra ver que hayas vuelto a ser humana. —dijo el con calma y una sonrisa de satisfacción.

—Tú también volviste a ser humano, ¿verdad? —preguntó ella con gran ilusión y esperanza, las cuales murieron cunado el joven a su lado no pudo verla a los ojos. Nezuko sintió una gran presión en su pecho producto del sufrimiento que le causaba que su hermano haya sufrido su mismo destino, y más considerando todas las pruebas que él tuvo que pasar para curarla.