𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 3

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ꕥ·ᴀᴄᴛᴜᴀʟɪᴢᴀᴄɪᴏɴ ɪ/ɪ ·ꕥ
⚠️𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀:
𝘌𝘴𝘵𝘦 𝘤𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦 𝘷𝘪𝘰𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘤𝘳𝘪𝘱𝘵𝘪𝘷𝘢

ꕥ·ᴀᴄᴛᴜᴀʟɪᴢᴀᴄɪᴏɴ ɪ/ɪ ·ꕥ⚠️𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀: 𝘌𝘴𝘵𝘦 𝘤𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦 𝘷𝘪𝘰𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘤𝘳𝘪𝘱𝘵𝘪𝘷𝘢

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┏━━━━┈ · ꕥ · ┈━━━━┓
𝘓𝘌 𝘙𝘌𝘎𝘐𝘕𝘌 𝘚𝘐 𝘛𝘙𝘈𝘛𝘛𝘈𝘕𝘖
𝘊𝘖𝘔𝘌 𝘙𝘌𝘎𝘐𝘕𝘌
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Con mi labial rojo oscuro, pinté mis labios. En el reflejo del espejo, vi a Hensel asomar su cabeza por el marco de la puerta del baño.

—¿Qué tal me veo? —pregunté en un hilo de voz.

Ardente e bella, come sempre. (Radiante y bella, como siempre) —respondió en un tono suave.

Cruzó el umbral solo para poner sus manos en mi cintura y plantar sus labios en mi hombro desnudo, dejando un camino de besos hasta llegar a mi mejilla. Sentía el cosquilleo de sus labios quemarme la piel.

—¿Estás lista?

—Lo estoy.

Dejó un último beso antes de salir del baño. Agarré el frasco de perfume y lo rocié en mí antes de ir por mi bolso y darme un último vistazo en el espejo de cuerpo completo. Me adornaba un vestido azul marino, sin mangas y con escote recto; no era ajustado, pero se ceñía. También llevaba unas sandalias altas de color negro, un maquillaje sencillo y mi cabello con suaves ondas echado hacia atrás. Llevaba unos pendientes largos de diamantes que iban a juego con mi brazalete. Fue un obsequio de mi padre.

Salí de la habitación y crucé el corto pasillo. Hensel estaba parado al lado del ascensor con la mirada fija en el ventanal, sus manos dentro de sus bolsillos. Vestía unos clásicos pantalones negros de vestir y una camisa de un azul muy oscuro. No había dicho nada, pero sabía que buscaba hacer juego con mi vestido.

El ruido de mis tacones lo trajo de vuelta, e inmediatamente presionó el botón para abrir las puertas del ascensor, invitándome a pasar.

—Después de usted, signorina.

—Qué caballeroso, señor D'Angelo.

Le regine si trattano come regine. (Las reinas se tratan como reinas.)

Le mostré una sonrisa tierna. Sería el triple de rica si tuviera una moneda por cada vez que me hacía sonrojar con sus palabras.

Al bajar, Azael, el guardaespaldas de Hensel, nos esperaba ya listo para irnos. Yo subí al asiento de atrás luego de que mi amable y caballeroso novio me abriera la puerta. Él tomó asiento adelante.

Me dediqué a responder mensajes que tenía en la bandeja de mi teléfono y a ver el paisaje por la ventana, mientras los escuchaba a ellos hablar. Más eran asuntos de trabajo, sobre eso siempre había una que otra cosa para comentar.

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⏰ Última actualización: Sep 17 ⏰

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