Cold Whispers

128 5 23
                                    

Nota: Hey nuevamente, soy yo quien les vengo a traer un One-Shot melancólico con temática Glimmadora. Debo admitir que escribo cosas tristes aunque me guste lo cursi realmente.

ADVERTENCIA: Este fic contiene tematicas sensibles acerca de la perdida y muerte de personaje. Este es un AU y no tiene nada que ver con la historia original de She-Ra. Contiene escenas tristes, prefiero que mantengas tu estabilidad emocional.

"Todo sufrimiento proviene del anhelo, del apego y del deseo"

Edgar Allan Poe.

Han pasado veinte años desde la última vez que la funeraria familiar "Moon" tuvo color. La tonalidad grisácea complementaban los sollozos y llantos agonizantes de las personas que venían para despedirse de sus seres queridos. La gente dejó de venir luego del incidente de "invierno".

Entré al lugar sin hacer ruido, pasé de largo las habitaciones vacías. Bajé las escaleras que me llevaban al sótano, o mejor conocido como la morgue. Vi a mi hija raspando el moho de las paredes, trozos de ladrillo se encontraban regados por el suelo, el parpadeo intermitente de las lámparas lastimaban mis ojos.

-Tu madre no hubiera permitido que este lugar se desmoronara-dije con molestia mientras buscaba los guantes.

-Mamá seguiría aquí, sino fuera por tu imprudencia y agresividad, Adora-contestó.

Inmediatamente agarré una bandeja cercana y la lancé contra ella.

-No te dirijas a mi de ese modo, ingrata. Sigo siendo tu figura de autoridad-grité. Respiré profundamente, recuperando la compostura-. Trae el cuerpo de la cámara número seis. Hazlo con cuidado, por favor.

Ella abrió uno de los cajones, sacó unas llaves y fue al gran congelador.

Siempre aborrecí esa habitación fría y metálica, capaz de conservar los cuerpos. Aquella maldita puerta, ese estúpido candado. La insufrible fuerza que ejercía para mantener el frío dentro del lugar, sin escapatoria; del mismo modo que la muerte para el ser humano, simplemente basta con estar frente a ella para que te abrace con sus helados brazos, en una noche de invierno.

Mi hija arrastró una camilla hasta el centro del cuarto, abrió la bolsa que protegía el cuerpo y ahí se encontraba el cadáver de una dama, no pasaba de los treinta años.

Le pedí a mi primogénita que siguiera limpiando. Yo me encargaría de vaciar el cuerpo y maquillarlo, justo como la familia solicitó.

Acomodé las herramientas en bandeja, extendí la mano, en espera de que me dieran mi herramienta para trabajar. Suspiré al no ver a nadie a mi lado. Tomé el bisturí por mi cuenta e inicié con una incisión en el vientre de la mujer. El olor a sangre invadió la morgue. Comencé a sacar las entrañas de poco a poco, sin utilizar fuerza bruta, evitando lastimar el cuerpo.

Los órganos cayeron al suelo, haciendo un sonido de <<splat>> cuando impactaban. Manchas rojizas salpicaron mis zapatos. Apreté la mandíbula, necesitaba las bolsas para guardar los órganos.

Estaba cerrando los cortes desde la pelvis, al llegar al pecho observé que el corazón permanecía en su lugar. Iba a sacarlo cuando lo vi palpitar.

Sacudí la cabeza, di otro vistazo y el corazón latía, era tan potente que producía un ruido estruendoso.

-¿Escuchas eso?-pregunté.

-¿Qué cosa?-respondió mi hija.

-¡El corazón late!

Cold Whispers (AU Glimmadora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora