Capítulo I

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Un noche más, un sentimiento más en aquella noche fría de enero, las personas caminaban de prisa en la banqueta, yo solo quería detener el tiempo y evitar llegar aquel lugar.

El lugar de las pesadillas, aquel lugar donde paz mental es un término totalmente desconocido, para los que habitan aquel lugar; al que debía llamarle hogar.

La brisa fresca luego de la lluvia me daba esperanzas, esperanzas banales pero al fin y al cabo era eso, esperanza de que algo podría ser diferente en aquel lugar donde las goteras seguramente hicieron estragos en el suelo de azulejos quebrados.

Las personas no se detienen a pesar de las malas cosas, me decía la guardiana cuando estuve en el hospital, porque mi progenitora, falleció en mis brazos por una sobredosis. Fue en ese momento en el que aprendí, que la vida no era más que unos simples días con noches incluidas.

Mi vida no ha sido fácil y nunca lo será, pero no pretendo pintarla de rosa, porque al menos aquí será real conmigo misma.

Un noche en MalibúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora